"En 2016, algunos me decían que estaba loco al ir a Corea del Norte. Al regresar les decía que habría estado loco si no hubiera ido. Y ahora les digo que estaría loco si no volviera". Richi González Dávila irá a entrenar en el país más hermético y desconocido del mundo, repitiendo la experiencia que ya vivió hace más de ocho años, convirtiéndose en el primer técnico español -y hasta ahora único- que trabajaba allí.
El entrenador viajará el próximo 6 de febrero desde Madrid a Pekín, donde obtendrá el visado que le permita entrar en la República Popular Democrática de Corea. Dos días después pondrá rumbo a la capital del país, Pyongyang. La Federación de Baloncesto le ha pedido que trabaje durante algo más de un mes, hasta el 11 de marzo, con las selecciones masculina y femenina. También le ha encargado que imparta algunos cursos a entrenadores y árbitros.
"Tanto la Federación Norcoreana como yo acabamos muy satisfechos la primera vez y estábamos convencidos de que habría una segunda oportunidad", cuenta González Dávila, que todavía tiene fresco el día que recibió un correo del Comité Olímpico Norcoreano invitándole a viajar al país y ayudar al desarrollo de su baloncesto. "Por supuesto, pensaba que era una broma, pero la broma acabó siendo una de las mejores experiencias de mi carrera profesional", reconoce.
Desde entonces no habían perdido el o y los mensajes eran habituales, pero no había habido posibilidades de volver a colaborar entre la trayectoria del técnico, que se ha desarrollado en 12 países de cuatro continentes, la epidemia del coronavirus y las restricciones a la entrada de occidentales al país.
Y luego, a República Dominicana
Esta vez se han vuelto a dar las circunstancias adecuadas. El pasado 28 de diciembre, la Federación le hizo llegar la carta de invitación sin la que es inviable entrar en Corea del Norte. "Querían que me quedara más tiempo y que fuera en verano, pero me resulta imposible", dice el técnico madrileño, que reside en Valencia después de una larga estancia en Islandia y ya se ha comprometido para volver a dirigir a Cañeros del Este, de la Liga de República Dominicana. "En noviembre renové mi contrato tras una temporada histórica para la franquicia. Me iré a principios de abril y la Liga empieza en mayo", explica.
En su primera aventura norcoreana, González Dávila alucinó con los medios de que disponían allí los deportistas, sobre todo en cuanto a instalaciones. También con la buena disposición y la capacidad de trabajo de los jugadores y jugadoras que tuvo a su cargo. Ahora, más ocho años después espera que las condiciones sean incluso mejores. En los muchos correos que últimamente se está cruzando con la Federación del país para organizar el viaje le han prometido poner a su alcance todo lo que necesite.
"No regreso a Corea del Norte por una cuestión económica, sino por la posibilidad de volver a vivir una experiencia extraordinaria, enriquecedora y casi única como la que tuve la primera vez. Me trataron de maravilla", asegura el técnico, que ya está pensando en el equipaje para sobrellevar el frío invierno de Pyongyang.
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