Jarred Shaw, jugador estadounidense de 34 años y 2,11 metros que estaba jugando en los Tangerang Hawks de Indonesia, se enfrenta a una dura condena después de haber sido arrestado el pasado 7 de mayo por tener en su apartamento más de 100 caramelos con infusión de marihuana. El pívot dijo que era para compartir con sus compañeros de equipo y el tráfico de narcóticos en el país conlleva una pena mínima de seis años de cárcel.
En el peor de los casos, Shaw podría ser condenado a cadena perpetua o incluso a la pena de muerte. Según datos del Ministerio de Inmigración y Correccionales, más de 500 personas se encuentran actualmente en el corredor de la muerte en Indonesia, la mayoría por delitos relacionados con las drogas. Varios traficantes llegaron a ser ejecutados por un pelotón de fusilamiento, aunque la última vez que sucedió fue en 2016, según Associated Press.
La policía irrumpió en el domicilio de Shaw después de seguir un aviso de los funcionarios de aduanas del aeropuerto, que detectaron un paquete sospechoso que el jugador había recibido. En el mismo había caramelos mezclados con marihuana, sustancia que en 2024 se despenalizó en Tailandia, de donde procedía el envío, pero no en Indonesia. De hecho, ahí la legislación sobre drogas es de las más estrictas del mundo.
Suspendido de por vida en la Liga de Indonesia
Los Tangerang Hawks han rescindido el contrato de Shaw y la Liga de Indonesia le ha sancionado de por vida. "No toleramos que jugadores, dirigentes ni nadie en el campo consuma drogas. No hay cabida para los consumidores de drogas en el mundo de baloncesto", ha asegurado Budisatrio Djiwandono, presidente de la competición.
Shaw, natural de Dallas, jugó en las Universidades de Oklahoma State y Utah State antes de hacerse profesional y comenzar una carrera que le ha llevado por todo el mundo: la G League, Turquía, Túnez, México, Japón, Tailandia, Uruguay, Venezuela, República Dominicana, Arabia Saudí, Líbano e Indonesia, donde llegó en 2022 y había militado en tres equipos.
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