Cuando la selección española tomó un chárter rumbo a Tiflis el 30 de agosto, al avión se subieron también Carlota, Uxue, María y Carlos, respectivas parejas de Xavi López-Arostegui, Darío Brizuela, Alberto Díaz y el mejor amigo del base del Unicaja. Han pasado todo el Eurobasket siguiendo el equipo pese a que los internacionales apenas tuvieran tiempo de verles. Ellos también se merecen una medalla.
Porque, como dicen en tono de broma, "lo fácil era venir a Berlín ahora, pero lo complicado fue estar en Georgia y tragarte un España-Bélgica al mediodía y encima palmar". Ellos decidieron que había que estar desde el primer día. "Había que apoyar a este selección en un momento en el que nadie confiaba. Además, en el caso de algunos jugadores como Xabi es una cosa que te puede pasar una sola vez en la vida", explica la novia del alero del Valencia Basket.
Todos se conocen de Málaga, de donde son o juegan sus parejas. En el caso de María y Carlos, tuvieron que organizarse a toda prisa, pues Díaz fue repescado poco antes del viaje. "Lo pusimos todo a funcionar en tiempo récord", comenta su amigo. Ahora viven la medalla como suya. "Al final estás ahí toda la temporada apoyando y un trocito nos toca. Ha merecido la pena venir", finaliza Carlota.
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