El deslumbrante inico del partido del Madrid (41-27, min 13) desgraciadamente fue un espejismo. Los blancos, tras ofrecer su mejor versión durante esos minutos dieron paso luego a otra, sobre todo a partir del descanso, totalmente abominable. El líder y sus estrellas perdieron toda su magia, y sin ella, dijo adiós a su corona. Sin confianza, sin acierto y sin soluciones para reaccionar hasta claudicar de forma lastimosa en los últimos minutos. Porque siendo malo perder una final, mucho más triste es hacerlo de la forma que lo hizo, con un carrusel de triples sin sentido que pusieron alfombra roja al triunfo del Panathinaikos, justo ganador.
La segunda parte de los blancos fue esperpéntica.
Es difícil ganar un partido y más aún una final, sin meter una. Eso le sucedió a los blancos que llegaron a encadenar una abominable serie de 0/11 triples. De hecho, en el tercer cuarto solo anotaron tres canastas en juego y un tiro libre. Lo habitual con una serie de tiro tan espantoso es decir adiós al triunfo, pero por increíble que parezca llegaron vivos al último cuarto (68-73) en el que los intentos desesperados de Llull desde el triple fueron en vano.
Todos los jugadores importantes del Madrid se cayeron con todo el equipo.
Tavares, que en breve renovará con los blancos, firmó una actuación indecente. Sumó su segunda falta en el minuto tres, la tercera en el 22 y estuvo siempre fuera del partido.
En ese saco se puede meter también a Campazzo. El motor de los blancos estuvo gripado. Casi tanto como Hezonja (1/7 triples) en el que pudo ser su último partido europeo con el Madrid. Le esperan con los brazos abiertos el Barcelona... o el Panathinaikos. E incluso Musa, que había empezado lanzado, acabo estrellado (1/6 t3). Fueron las caras más visibles de una derrota muy dura.
Triste despedida de los tres tenores blancos
La derrota será especialmente dolorosa para sus tres veteranos, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Sergio Llull, que quizá disputaron (al menos los dos primeros) su último partido de Euroliga con el Madrid. Chus Mateo volvió a ponerles juntos durante algunos minutos cuando su equipo colapsó. Chacho dio algo más de luz, Rudy mordió sin éxito y los triples de Llull a la desesperada no bastaron esta vez.
¿Les entrarán las dudas a los dirigentes blancos con la renovación de Chus Mateo?
Chus Mateo, que acaba contrato el 30 de junio, se ha ganado a pulso su renovación con el Real Madrid, pero esta final perdida y sobre todo la forma en que se ha producido y la mala imagen dada en los minutos finales podrían jugar en su contra. Habrá que ver si a sus jefes no les entran las dudas. En la final intentó cambiar la mala dinámica de todas las formas posibles (con una defensa zonal, poniendo al Chacho al mando, dando protagonismo a sus veteranos...)
Pero él no tiene la culpa de que su equipo haga 0/11 triples tras el descanso, la mayoría tiros liberados. O de que Tavares pierda la concentración y se cargue de faltas como si fuese un junior. Pero si no firma su renovación antes de que el miércoles se inicie la semifinal ante el Barcelona, su continuidad puede peligrar si el Madrid cae eliminado de forma abrupta ante los azulgranas. Ojito.
Scariolo tendrá que hacer terapia con Juancho este verano
Juancho Hernangómez ya es campeón de Europa y se merece celebrarlo. El madrileño jugó en la final casi 20 minutos, más de lo que suele hacerlo, y cumplió con dignidad. Acabó con 5 puntos, 4 rebotes, una asistencia y un robo. Pero no nos engañemos, en este primer año en el Panathinaikos su juego ha involucionado sobre todo por falta de minutos.
Este verano Sergio Scariolo tendrá que hacer terapia con el alero madrileño para recuperarle de cara al Preolímpico. No será fácil que recupere su mejor versión en tan poco tiempo, pero deberá intentarlo. Empezando por darle más confianza que la que le otorga su colega Ataman.
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