Ni Real Madrid ni Barcelona dieron la talla en sus respectivos primeros partidos en los playoffs de Euroliga, con lo que el camino hacia Abu Dhabi se ha empinado aún más de lo que ya estaba. Dos contundentes derrotas, más amplia la de los azulgranas en Mónaco (97-80), pero igual de dolorosa la de los blancos en El Pireo (84-72). Ninguna opción para los grandes españoles, a los que no les queda otra que reaccionar si no quieren volver a casa con un 2-0 difícilmente remontable. Este jueves, Olympiacos-Madrid (20.30 horas) y Mónaco-Barça (19.00 horas).
Mucho que corregir por los dos bandos. De primeras, el Madrid debería presentarse a la hora del encuentro. En el estreno de la serie, llegó más un cuarto tarde, con una intensidad nula, como si fuera un advenedizo en estas situaciones que ha vivido mil veces. “No estábamos preparados, no teníamos la disciplina que hay que tener para jugar contra el Olympiacos”, decía Tavares a la conclusión.
Los blancos tendrán que mejorar la defensa, especialmente por dentro. Les metieron 27 canastas de dos puntos, muchas de ellas sencillas bajo el aro. Y Sasha Vezenkov volvió a sacar lo mejor de su repertorio. Ni Usman Garuba ni Mario Hezonja ni nadie pudo con él. En los tres partidos de esta temporada ante el Madrid promedia 25,6 créditos de valoración.
Los referentes blancos deberían que dar un paso al frente. Facundo Campazzo estuvo especialmente impreciso con cinco de las 19 pérdidas del equipo. Fue el peor registro del base en la presente Euroliga. Dzanan Musa y Hezonja estuvieron muy desacertados desde el triple con 0/4 para el primero y 1/6 para el segundo. Y Tavares, lastrado por las personales, no tuvo su incidencia habitual. “No sé qué está pasando, pero en los partidos importantes me pitan dos faltas muy rápido”, se queja el pívot.
No hay que perder la fe. Hay que confiar en este equipo siempre
Los blancos se agarran al precedente de 2018, cuando perdieron con estrépito ante el Panathinaikos en el primer partido y acabaron metiéndose en la Final Four y ganandola. Fue la única vez que han superado una eliminatoria a domicilio. “No hay que perder la fe. El equipo está con muchas ganas y muy mentalizado de que se puede dar la vuelta. Hay que confiar en este equipo siempre”, dice Chus Mateo, expulsado en el primer partido pero sin polemizar sobre los árbitros: “No quiero decir ninguna tontería sobre ellos”.
Un Barça más rocoso
En su visita a La Roca, como se conoce al Mónaco, al Barça le falta precisamente eso, ser más rocoso. “Hay que subir el nivel físico. El miércoles no jugamos un buen partido, nos faltó mucho en ese aspecto”, reconocía Tomas Satoransky, que fue expulsado en el último cuarto después de una embestida a Matthew Strazel.
El físico de los del Principado, personificado en Daniel Theis (22 puntos y cinco rebotes), fue demasiado para un equipo azulgrana que tuvo un partido de dientes de sierra, con un buen inicio y luego varias pájaras. En el inicio del segundo cuarto, parcial de 20-2. En el tercero, un 32-17 para sentenciar el choque.
A Madrid y Barça les toca levantarse y volar. Recursos tienen para reaccionar tras dos partidos muy por debajo de su nivel. Si no lo hacen, estarán casi sentenciados.
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