La decisión del capitán del Barcelona y de la selección española de balonmano, Raúl Entrerríos, de alargar una temporada más su carrera tras el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio cobra todo su sentido cuando está a punto de disputar una de las grandes citas que quedaron suspendidas por la pandemia de coronavirus, la Final Four de la Liga de Campeones.
El Barça se ganó el derecho a jugarla como líder de su grupo en la fase de liga, y opta a su décima Copa de Europa que se le resistió en las cuatro anteriores ediciones. Un colofón adelantado esta vez a mitad de temporada. "Es una Final Four diferente por todo lo que implica, porque corresponde a la temporada pasada, pero ha pasado a ser un objetivo de la plantilla de este año", recuerda Raúl. "Tenemos muchísima ilusión por vivirla y conseguir un título tan importante aunque sea una situación muy distinta a la que estamos acostumbrados".
Las fechas de esta Final Four, 27 y 28 de diciembre, se solapan con los partidos que España jugará de la Euro Cup justo antes del Mundial. Los intereses comerciales y económicos ponen en riesgo la integridad física de los jugadores, y algunos muy relevantes se han pronunciado en contra de jugar el Mundial de Egipto. "La situación que se vive no ha hecho más que comprimir el calendario aún más. La clave es disponer de descanso necesario para afrontar las competiciones de la mejor forma posible", sostiene Entrerríos.
Estoy viviendo un montón de sensaciones de todo tipo a lo largo de esta temporada. Me siento un privilegiado por poder competir en un año tan raro, pero también veo pabellones vacíos, y me doy cuenta de que no es una despedida normal, como la que cualquiera desearía"
En esa predisposición a estar presente en todas la grandes batallas subyace el que ésta sea su última temporada, una suerte de prorroga que se ganó el derecho a disputar tras acordarlo con el Barça. "Estoy diciendo adiós a algo que llevo haciendo muchos años y esto no es sencillo", subraya. "Cuando estás ante la perspectiva de que es el final, no deja de ser extraño. Estoy viviendo un montón de sensaciones de todo tipo a lo largo de esta temporada. Me siento un privilegiado por poder competir en un año tan raro, en el que mucha gente no puede hacer su vida normal. Pero también veo pabellones vacíos, y me doy cuenta de que no es una despedida normal, como la que cualquiera desearía. Trato de vivir el presente al máximo, con muchos objetivos por delante y espero poder tener un bonito final".
En la Final Four, que acoge desde 2010 Colonia, se ha ganado la fama de ser el mayor acontecimiento del balonmano mundial gracias a la calidad de los equipos que la disputan y al ambiente que se crea en el Lanxess Arena de Colonia, siempre repleto sus 19.250 localidades. Esta vez será una Final Four con sordina, casi fantasmal en ese enorme recinto, por mucho que la EHF intente revestirla de pirotecnica tecnológica. Una circunstancia muy presente entre los protagonistas. "Va ser un cambio muy significativo, pasar de jugar con un ambiente extraordinario, a hacerlo solos. Una sensación extraña", asume el capitán azulgrana. "Se trata de concentrarse en el 40x20, abstraernos del ambiente frío y ser nosotros quienes calentemos el partido", propone.
Raúl tendrá dos oportunidades de alzar el nuevo trofeo de la Liga de Campeones. El Barça encadena un récord de 21 partidos invicto y parece lanzado también hacia la Final Four 2020-21. "Ojalá. Es lo que todos nos planteamos al iniciar una temporada como esta. Sabíamos que íbamos a tener oportunidad de disputarla en diciembre, y llevamos una buen línea de resultados para estar en la siguiente. Jugar dos Final Four sería extraordinario", reconoce el jugador asturiano, distinguido esta misma semana con la medalla de plata de la ciudad de Gijón por su brillante carrera deportiva.
La afronto igual que otras veces, pero al mismo tiempo piensas que puede ser la última experiencia que tenga en Colonia, así como en otras pistas u otros torneos"
Tras la retirada del otro capitan barcelonista, Víctor Tomás, motivada por una dolencia cardiaca, Entrerríos queda como el único jugador azulgrana que jugará con el Barça por octava vez una Final Four -Aron Palmarsson lo ha hecho con tres clubes diferentes-, que su equipo ganó en 2011 y 2015. "A lo largo de mi carrera, y hablo de los últimos años en el Barcelona, cada competición es un objetivo en sí mismo, incluida la Final Four. Por eso la afronto igual que otras veces, pero al mismo tiempo piensas que puede ser la última experiencia que tenga en Colonia, así como en otras pistas u otros torneos. Hay que encontrar el equilibrio en todo esto y la mejor forma de hacerlo es centrarse en hacer mi trabajo como lo he hecho siempre".
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