El volcán colchonero n376b
martes, 11 mayo 2010, 17:55 1o3v1s
Las cenizas del Eyjafjalla han logrado lo que no consiguió el atentado contra las Torres Gemelas: poner en peligro la celebración, en su día y hora fijadas, de un partido de fútbol. El 11 de septiembre de 2001 el Real Madrid, por ejemplo, jugó en Roma su encuentro correspondiente de la Liga de Campeones. La ciudad de Nueva York apenas había tenido tiempo de romper a llorar su tragedia.
Aquella jornada demostró que el fútbol se ama a sí mismo por encima de todas las cosas, mandamiento al que la FIFA, la UEFA, las federaciones nacionales y las asociaciones ligueras son fieles por el temor al pecado de perder dinero.
Si un drama humano no fue capaz de poner en suspenso el fútbol, no ha nacido volcán con la suficiente lava para impedir una final, por mucho que haya convertido la atmósfera en el cenicero de Carrillo. La final de la Europa League se jugará sin problemas, pese a la petición de alguna de las partes.
El Atlético y el Fulham ya están en Hamburgo, la televisión ha dicho presente y las entradas están vendidas. Si la caprichosa nube negra impide que las hinchadas puedan llegar a tiempo... no hay problema. La grada estará vacía, pero el palco estará repleto y podrá chupar más cámara. Tal y como está el calendario estaba claro que la final se jugaba el 12 de mayo ya tuvieran los equipos que llegar hasta Alemania remando sobre tierra.
El Atlético es favorito para llevarse el torneo. Incluso las casas de apuestas le respetan, tanto que han decidido rendirle honores pronosticando como resultado más probable un 1-1. Es decir, el Atleti ganará en la prórroga; es redecir, sufriendo.
Las casas de apuestas no suelen dar puntada sin vestir la aguja con hilo. La historia del volcán islandés ha originado una curiosa apuesta en el Reino Unido. ¿Dónde si no se podría arriesgar dinero por acertar el próximo volcán que entrará en erupción?. El Katlan, en Islandia, tiene todos los papeles y es el favorito. Le siguen el Mt. Unzen japonés, el Nyiragongo del Congo y el Vesubio italiano, un clásico. A los turistas, un aviso: Santorini y Teide están entre los diez primeros candidatos.