Vuelta a Burgos / Tomás Alonso Tras ser tercero en la Vuelta a Andalucía, Mikel Landa afrontaba en Burgos el regreso a la competición. La ronda burgalesa es una de las que más divierte al líder del Bahrain-McLaren , que sabe lo que es ganar la general (2017) y que estrenó aquí su casillero de victorias con Euskaltel (2011) , equipo que ahora dirige. En el Picón Blanco fue tercero, tras Evenepoel y Bennett . El vasco atiende a MARCA para analizar todo lo que rodea a una campaña exprés que tendrá en el Tour de Francia su momento álgido.
¿Cómo está viviendo la crisis del coronavirus? Por suerte no he tenido ningún afectado cerca, ninguno ha tenido ningún problema de salud. Lo estamos viviendo con incertidumbre, pero por suerte no hemos sufrido nada grave. En cualquier caso, todos debemos seguir siendo muy cuidadosos porque esto no ha terminado. Antes de llegar a Burgos estuvo en Francia con varios compañeros, ¿cómo fueron esos días que provocaron que se perdiera la concentración de España? Eso es. Estuve 20 días por Andorra reconociendo las etapas para luego llegar al Tour con un mejor conocimiento. Ese reconocimiento, además de para poder hacer piña con el equipo, siempre viene bien para aterrizar más preparado. ¿Esperaba encontrarse así en Burgos? He entrenado bien durante estas semanas. Hemos metido bastante carga y estamos creando otra base. Seguramente falte algo de intensidad, pero espero estar delante el sábado (Lagunas de Neila) junto a los mejores. ¿Ha dejado atrás las molestias que tuvo tras el accidente y después de la Vuelta a Andalucía? No, sólo me duelen las piernas cuando entreno (risas). El resto por suerte está olvidado al cien por cien. Es cierto que tras Andalucía tuve algunos dolores en la costilla, pero ya no me duele nada. Ahora está en Burgos que siempre se le ha dado bien. Le tengo mucho cariño. Los años que estuve estudiando en la Universidad viví en Burgos. En Las Lagunas gané mi primera carrera y eso también hace que sea especial. ¿Cómo recuerda aquella primera vez? Fue una sorpresa, no esperaba que estuviese a ese nivel. Ese año, el 2011, hice cosas buenas pero también tuve dos roturas de clavícula. Tuve mi oportunidad porque Samu me dejó salir hacia delante y pude rematar. Luego me costó volver a ganar, pero aquel día me di cuenta de que podía hacer cosas importantes en el mundo del ciclismo. Me vi que iba bien para arriba y empecé un poco a creérmelo. Habrá tiempo para hablar del Tour pero dijo que esta vez lo iba a correr de forma más conservadora, ¿qué significa eso exactamente? Que si todo va bien y hay un poco de suerte, una vez superados los percances de la primera semana, tendremos opciones. Necesito que llegue mi terreno. Ahora, con un equipo entero a mis órdenes, tendré más confianza. ¿Qué le ha parecido que su excompañero Froome se vaya a ir a Israel? ¿Habrá más bombazos en este mercado? No sé si habrá más movimientos como el de Froome porque es un año difícil con todo el tema del coronavirus, parece que habrá problemas. Tendremos que esperar para ver qué ocurre. Cuando ha sido jefe de filas los resultados no han terminado de llegar, ¿eso le da más presión ahora? No, al revés. Ahora estoy muy tranquilo. Saber que tengo a todo un equipo para ayudarme me da confianza. Ellos me ayudarán a sacar momentos donde pueda tener más debilidad. El saber que tengo siete corredores mirando por mí me da mucha tranquilidad. ¿Qué necesita para rendir al cien por cien? No tener mala suerte, no perder tiempo en situaciones previas y poder competir de igual a igual en montaña. Ahí, que gane el mejor. ¿Se divierte igual que siempre con el ciclismo o esta vorágine de presión y de contratos le ha quitado magia? Por suerte me divierto cada día más al margen de que siempre hay alguna cosa extradeportiva, pero hay que saber convivir con los medios porque son parte del juego. Los resultados dirán. Si es bueno todo merece la pena, pero hay veces que por muchos planes que puedas hacer luego aparecen situaciones imprevisibles. Lo importante es estar preparado para la acción. Se habla mucho de que este año es clave para usted, ¿lo siente así también? Sí. Me veo ante una oportunidad única. Ha llegado el momento bueno de mi carrera, tengo la experiencia y la fuerza para afrontar este momento. Y estoy arropado. Para finalizar, el 'Landismo' sigue muy vivo, ¿se acabará cuando gane una grande? No lo sé. Creo que el Landismo tiene que ver con esa pelea continua que es algo que se aprecia en el mundo del ciclismo. Espero que la gente siga con ganas de Landismo gane o no gane. 