La cuarta etapa del Giro de Italia dejó un gran espectáculo. Fue una jornada a la vieja usanza, con lluvia y ataques. La primera de montaña. Las continuas aceleraciones provocaron que por detrás se fueran quedando corredores como Lapeira, que abandonó poco después. UAE llegó a quedarse cortado en algunos momentos, pero se recuperaron para suerte de Joao Almeida.
En el primer puerto del día, el equipo de Pinot puso algo de color. Había chispa. En el descenso hubo varias caídas como la de Ulissi, que se reintegró, y Williams, que quedó peor parado. Finalmente se formó la fuga con siete hombres. Paret-Peintre, Conci, Albanese, Barguil, Leknessud, Ghebreigzabhier y Skuji formaron ese convoy de fugitivos.
Pasaron en cabeza de carrera por el último puerto con Albanese en la cumbre. A falta de 30 kilómetros, y a pesar del trabajo del líder, la fuga se fue a 6 minutos. Ya se sabía que el triunfo iba a estar arriba.
Ineos y Bora se pusieron a tirar en el grupo de favoritos. A falta de 4 km, Lenksessud se puso en cabeza con la fuga ya rota. Finalmente, el triunfo de etapa llegó para el francés Paret-Peintre mientras que el noruego del DSM Leknessund se llevó la segunda posición y el liderato. Es el cuarto noruego en liderar una gran vuelta. Entre los favoritos no hubo batalla.
El ganador, feliz
"Sabíamos que era un día para la fuga. Era un día muy importante para el equipo porque es nuestro objetivo, pelear por victorias. Coger la fuga fue dificilísimo y hasta la meta resultó un trabajo muy duro. En los últimos kilómetros llegamos a un acuerdo, trabajamos bien y él cazó la 'maglia'", decía el francés tras cruzar la línea de meta.
