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Sólo 19 etapas. A falta de 10, el líder tiene una ventaja de cinco minutos sobre nuestro protagonista. Pero este araña, segundo a segundo, hasta que se queda a sólo 1:35 del primero de cara a la última etapa. Una contrarreloj no demasiado larga, de poco más de 31 kilómetros. No empieza todo lo bien que debería y, pasados 12 kilómetros, sólo está recortando 12 segundos. En la segunda mitad del recorrido, en cambio, la locura. Termina ganando la clasificación general con 14 segundos de ventaja. Es la historia de la Vuelta a España de 1975. Es la historia de Agustín Tamames, que le quitó el premio a Domingo Perurena.
Ahora, Salamanca homenajea a su paisano, el primer ganador de la Vuelta nacido en la provincia. Una exposición del 9 al 19 de mayo, organizada por la Asociación Salmantina de Periodistas (ASPE), recoge en el Centro Comercial El Tormes periódicos, una biografía y dos maillots relacionados con la vida y con la gesta de Agustín Tamames. Una noticia que apareció en la portada de MARCA tal día como hoy, 12 de mayo, hace 50 años, con el siguiente titular: "Saltó Tamames y ganó la Vuelta".
El más difícil todavía
En las declaraciones inmediatamente posteriores a la victoria, Tamames afirmó: "No tenía todas las esperanzas puestas en la contrarreloj, pero no perdía la esperanza de ganar la Vuelta. El circuito era duro. Podía haber dado un poco más. ¿Que por qué no lo he dado? Porque la contrarreloj hay que medirla muy bien, y al final he rodado mejor que al principio". La contrarreloj, en San Sebastián, estuvo marcada por la lluvia y el mal tiempo, y lo que más temían los ciclistas eran los problemas mecánicos y los accidentes.
Como es habitual en las etapas contra el crono, los ciclistas salían en orden inverso a la clasificación. Así, primero cruzó la meta Miguel María Lasa, tercero, compañero de equipo de Perurena en el Kas. El siguiente en llegar al final fue Tamames. En cuanto atravesó la línea, Lasa declaró: "Me lo temía. Ya decía que tenía más miedo a Tamames que a Ocaña". Finalmente, cuando Perurena terminó su intento, la hazaña de Tamames quedó confirmada. Años después, Tamames la recordaba así en 'La Gaceta de Salamanca': "Fui recortando y llegué a la última contrarreloj con una desventaja de 1:35. Cuando llevaba 12 kilómetros sólo le estaba recortando 12 segundos, pero los últimos 15 kilómetros fueron fantásticos. Metí los cuatro reactores y... Terminé ganando aquella Vuelta". La cara de Perurena, como se publicó en MARCA, era un poema.
El gregario que supera al líder
Tamames sorprendió a propios y extraños, ya que su papel en esta Vuelta, en principio, era el de gregario de Luis Ocaña en el Super Ser. Sin embargo, años más tarde, Tamames recordaba: "En el ciclismo, cuando uno marcha fuerte y el otro no... A mí me dijo el director que tirara hacia delante y que me dejara de bobadas, que el que gana, gana. Habría sido un desastre no aprovechar mi momento de forma". Y Tamames siguió tirando, asumió los galones y estuvo a la altura cuando llegó el momento de la verdad.
Entonces, se dijo que apoyar a Ocaña para que intentara ganar una etapa casi hizo perder la general a Tamames, concretamente en la subida a Urkiola. No obstante, nada más terminar aquella Vuelta, Tamames reconocía el apoyo de su compañero: "Luis me ha ayudado moralmente. Desde antes de que la contrarreloj diese comienzo, me dijo que tenía posibilidades de vencer". Después, recibió reconocimientos por su esfuerzo: "Yo quería que Luis ganase alguna etapa y lo intenté varios días. Por aquello me dieron la Medalla de Oro a los Valores Humanos”.
Agustín Tamames ganó esa Vuelta en un momento complicado, meses antes del fallecimiento de Francisco Franco. "Me llamaban 'el deportista de la Transición', porque tuve mucha repercusión el mismo año en el que murió Franco", recordaba. Franco no llegó a recibirle por su triunfo, sino que lo hizo un gobernador. MARCA, en aquel momento, abría así la crónica de su triunfo: "Contra pronóstico, contra todo lo que hemos escrito, pensando en buena lógica que cualquiera de los dos españoles más cotizados en el ciclismo internacional tenía que ganar. No ha sido así y ello debe ser una buena lección para los que confiados, poseídos de su superioridad, creyesen que en cualquier momento podían arrollar". Aviso a navegantes.
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