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Airbags falsos: nuestros coches pueden llevarlos sin que lo sepamos

Las falsificaciones se están extendiendo de entre las piezas para automóviles. Y en muchos casos el cliente sospecha que no sea una pieza auténtica, pero la compra.

Un airbag auténtico, durante su fase de inflado
Un airbag auténtico, durante su fase de infladoMercedes-Benz.

Siempre que pensamos en falsificaciones se nos vienen a la mente prendas de ropa, bolsos, perfumes y relojes. Pero la plaga de las falsificaciones llega mucho más allá y se está extendiendo al sector del automóvil, y afecta no solo a las compras voluntarias, sino también a las involuntarias. ¿Has comprado alguna pieza de repuesto para tu coche hace poco? Pues podría ser falsa.

Un sector primordial

En España el sector de la automoción es uno de nuestros pilares económicos, con más de 1.000 empresas en las que trabajan casi 340.000 personas. A finales del siglo pasado y principios del actual los recambios y las piezas que se necesitan para llevar a cabo el mantenimiento o la reparación se compraban en una tienda de repuestos o directamente en el taller en el que iban a efectuar la operación a nuestro coche. La autenticidad de las piezas estaba garantizada, entre otras cosas porque las falsificaciones o no existían o eran algo residual.

Mercedes-Benz.

Pero llegó el comercio electrónico y las piezas falsificadas comenzaron a proliferar, siempre anunciadas como suculentas ofertas en páginas que podrían hacer sospechar a poco que pensemos en ello. Otra cosa es que sepamos que son falsas y ello no nos importe; según el informe 'Situación del Comercio ilícito y fraude en España, Europa y el resto del mundo', elaborado por Sia Spain, un 13% de los europeos dice haber comprado productos falsos (no solo de piezas de automoción, sino de todos los sectores) en el último año a sabiendas de que no eran auténticos. Es más, este informe desvela que el 31% de los europeos considera la falsificación como una alternativa aceptable si el producto original es muy caro, porcentaje que llega a un más que preocupante 50% entre menores de 24 años.

España, en el vagón de cola

En cuanto a España, nuestro porcentaje de personas que dice haber comprado alguna falsificación en el último año alcanza el 20%, lo que nos lleva al 'vagón de cola' del continente europeo superando solo a Bulgaria, que alcanza el 24%. Y siguiendo con España, el 43% de los compradores dice no estar seguro al 100% de la autenticidad de los productos que ha comprado.

Si a ello le sumamos todos aquellos casos en los que compramos objetos falsificados de forma involuntaria, dando por hecho que son auténticos, la cifra comienza a poner en peligro muchos puestos de trabajo en el sector del automóvil.

Sia.

Entre los componentes de automoción falsos más comprados aparecen los filtros, bien de aire, de gasolina o gasoil, de aceite y los catalizadores. Pero llama poderosamente la atención que ya existen falsificaciones de elementos de frenado y de seguridad, como las pastillas de freno o los airbag.

Riesgos concretos

El riesgo de utilizar filtros falsificados está en que el flujo de aceite o gasolina no sea el adecuado, haciendo que caiga la potencia del coche o se cuelen gases nocivos para los ocupantes dentro del habitáculo. Y si hablamos del catalizador, el mayor peligro no está en que pueda dañar el motor, sino que acabe provocando fuego y se nos queme todo el coche.

Por lo que toca a las pastillas de freno, la elección de una falsificación supone, en primer lugar, que el coche no va a tener la capacidad de frenado necesaria, lo que puede llevar a que una situación que no generaría un accidente acabe provocándolo. Además, existe el riesgo de incompatibilidad con las pinzas, de un mayor desgaste debido a que alcance mayores temperaturas, y de que este desgaste nos haga gastar más dinero, haciendo que lo barato nos salga caro.

Sia.

Y en cuanto a los airbags, se han falsificaciones fabricadas a partir de airbags usados adquiridos en el mercado de segunda mano, mientras que otras han revelado cápsulas de aire vacías, por lo que nunca se inflarán en caso de impacto.

Una forma de evitar estos futuros disgustos consiste en no comprar productos para nuestros vehículos en comercios electrónicos que no nos inspiren confianza. El precio más bajo de lo normal debería hacernos sospechar, ya que aquí funciona el dicho de que "si parece una estafa, es una estafa".

Por otro lado, los expertos hablan de la necesidad de una identificación de los productos para que distribuidores y clientes finales los puedan reconocer como auténticos, como las tintas de seguridad que elabora Sia y los sellos de calidad para evitar manipulados del embalaje.

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