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Aunque fue un combate rápido, a Francis Ngannou (16-3, 12 KO) le bastaron dos asaltos para demostrar que es un campeón al que temer en el futuro, y no sólo por su incontestable triunfo frente a Stipe Miocic con un tremendo KO en el segundo asalto, sino porque el francés de origen camerunés demostró que ha mejorado en sus fundamentos.
The Predator se ha proclamado campeón del mundo del peso pesado en el APEX de Las Vegas durante la velada de UFC 260, de la manera que mejor se le da, antes del límite. Se trata de su quinto KO consecutivo, pero esta vez el nuevo campeón estuvo mucho más acertado y concentrado que en su primer combate contra Miocic y se cobró la venganza.
Estuvimos ante una versión bastante mejorada de Ngannou, con golpes mejor seleccionados y evitando el derribo. Miocic no encontró la fórmula para acercarse y dañar a su oponente. En el primer asalto el camerunés ya alcanzó con un derecha clara a Stipe y casi termina de ejecutar su plan.
En el segundo round Francis se lanzó a por su rival en cuanto pudo. Lo acorraló y le mandó una andanada tremenda de golpes que llevó a Miocic al suelo, pero milagrosamente se levantó. Ngannou lo prefería de pie y terminó el trabajo con un duro golpe con la izquierda para mandar a dormir a exmonarca. Lo remató con un martillo quizá innecesario ya cuando estaba tendido en la lona.
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