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No está siendo una temporada sencilla para el Atlético. El batacazo, sin excusas, en Europa ha removido unas aguas en las que Simeone, quizá el blanco más fácil para los que le están esperando, suele llevar las de perder. El argentino lo asume como líder que es pero es cierto que la plantilla (para ser justos, una parte de ella) está haciendo méritos para ser señalada.
Más allá del rendimiento deportivo, con la cita de Oporto como el lugar donde se tocó fondo por actitud, están los episodios extradeportivos que están emborronando más todavía el día a día de los del Metropolitano. Sin duda, el más mediático fue el de De Paul, que estuvo varias semanas castigado por su 'escapada' a Miami y acabó pidiendo perdón a sus compañeros.
No ha sido, en todo caso, el único que ha provocado grietas internas y enfados en la afición. Las salidas nocturnas tras grandes batacazos han dolido mucho por lo que suponen de daño en la imagen de los jugadores que salen en plan festivo en las redes sociales. Más allá de algún tirón de orejas no hay más castigo, aunque en el verde también suceden historias que no gustan.
Sin duda, la relación de Joao Félix con Simeone (cabreos como el de Brujas o cuando tiró el peto) o incluso encararse con el fondo sur cuando marcó ante el Espanyol en la pasada jornada se ha llevado muchos de los focos. No ha gustado tampoco algún gesto tribunero de futbolistas con experiencia y que señalan a sus compañeros como que otros no fuercen para estar con el equipo incluso aunque sea una final. Recuerden a Simeone en Oporto cuando destacó que "aquí están los que quieren estar como Morata y Kondogbia". No hace falta decir más.
Tarjetas inoportunas
Aunque ningún protagonista lo va a reconocer escama también en ciertos sectores las amarillas recibidas por Giménez y Joao ante el Espanyol. Ambas innecesarias por el lugar donde se produjeron las acciones y ambas que dejarán al equipo en Mallorca sin su participación. Curiosamente, ambos jugarán el Mundial con Uruguay y Portugal.