Marcos Llorente trae en vilo al Atlético de cara al derbi
El jugador de campo más utilizado desde la vuelta del Mundial, tras haber recuperado su mejor versión cerca del área, es la mayor preocupación de Simeone para medirse al Real Madrid
Marcos Llorente controla un balón en el partido contra el Valladolid.EFE
Marcos Llorente acapara todas las preocupaciones del Atlético de cara al derbi copero del próximo jueves en el Santiago Bernabéu. Tras tener que retirarse tras una hora de juego frente al Valladolid después de sentir unas molestias en el aductor, el estado físico del todocampista trae en vilo a Simeone y al cuerpo médico, constituyendo su presencia frente al Real Madrid la gran incógnita rojiblanca.
Una duda que, a la espera de lo que determinen las pruebas médicas, puede comenzar a disiparse desde el primer entrenamiento de preparación de la eliminatoria de cuartos de final que el Atlético llevará a cabo en la tarde de mañana lunes. En este sentido, nadie quiere lanzar las campanas al vuelo, ya que las sensaciones son encontradas.
Por un lado, no supone una buena señal que Llorente tuviera que pedir el cambio a cinco días de visitar el Bernabéu nada más sentir un tirón en su músculo. Por el otro, existe un rayo de esperanza teniendo en cuenta que, una vez aplicado hielo en el banquillo, el futbolista acabaría saliendo del vestuario caminando con normalidad, sin gestos de dolor.
Así las cosas, será primero el estudio radiólogico y después las sensaciones que vaya experimentando el propio futbolista, lo que determinen su presencia en el derbi, algo que ha pasado a ser una prioridad para todas las partes implicadas en su recuperación durante los próximos días.
Un pulmón en la mejoría del Atlético
No resulta extraño que Simeone esté más pendiente que nunca de la evolución de Marcos Llorente, pues se trata del futbolista de campo más utilizado desde que se retomaran las competiciones tras el Mundial. De hecho, ha disputado 596 minutos de los 630 posibles, perdiéndose únicamente la media hora larga desde que sufrió las molestias contra el Valladolid y el periodo de descuento en Almería.
Sin embargo, más allá de la cantidad, la gran aportación pasaba por la calidad, pues tras haber asumido el rol de lateral derecho que tan poco le gusta en los compromisos contra el Arenteiro y el Elche ante la ausencia de Molina, Llorente estaba aproximándose a su impresionante versión postpandemia una vez que El Cholo lo había acercado al área. De hecho, su desempeño como interior, e incluso como segunda punta, se saldaría con gol y asistencia contra el Levante y con otra diana frente al Oviedo. Por no hablar de un despliegue físico y de un ida y vuelta que se antoja esencial para la batalla del Bernabéu.
