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La salida de Sadio Mané del Bayern es inminente. Faltan flecos; poco más que estampar la firma y el senegalés será nuevo jugador del Al-Nassr, el equipo donde milita Cristiano Ronaldo desde el curso pasado.
Desde su estancia el Liverpool, siempre ha dado la impresión de que la estrella africana se ha sentido algo así como insatisfecho; como si los que mandan o incluso el público no le reconocieran sus logros, sus méritos, en definitiva, lo determinante y buen jugador que es. Porque, objetivamente, lo es.
Sin embargo, en el último tramo de su periplo como jugador clave en el ataque de Jurgen Klopp y su inconstante año como jugador del Bayern de Múnich, donde llegó como un refuerzo estelar, Sadio Mané ha mantenido un rumbo inestable. Salidas de tono vinculadas con compañeros que, pudiera ser, podrían haberle 'robado' algo del protagonismo que por derecho, o no, se habría ganado en el terreno de juego.
Los nombres que asoman de forma automática en este sentido podrían ser los de Mohamed Salah y Leroy Sané. Sus tira y afloja marcaron un antes y después en su trayectoria, tanto en el Liverpool como en el Bayern. Tanto es así que hasta su último técnico, Thomas Tuchel, afirmando que su rendimiento estuvo muy por debajo de las expectativas.
Una lesión en mal momento y su conflicto con Sané le ha condenado en Múnich a tener que reconocer la dura realidad. "Hubiese deseado un final diferente. Me duele irme del Bayern de Múnich. Sé que podría haber ayudado al equipo esta temporada", ha afirmado a Sky Sports.
Sin embargo, su tiempo en la Bundesliga ha acabado y ya le esperan en el Al-Nassr, donde tendrá que 'bregar' con la estrella oficial del conjunto saudí: Cristiano Ronaldo. Se prevé un ataque brutal con esta dupla pero, en este caso, ¿habrá lucha de egos?