"Hoy entrenamos con todos los que han viajado y después tomaré la decisión de meter los once", confesó Carlo Ancelotti en la rueda de prensa previa al primer y último entrenamiento de sus pupilos en tierras portuguesas. "Tengo que evaluar la condición de algunos jugadores, sobre todo de los que han vuelto de lesión, como Alaba y Mendy. Vuelve Nacho y Fran está bien, pero hay algunos golpes después del último partido", analizó sobre unas posibles rotaciones pensando en el estado físico de sus jugadores... y en el Clásico.
Y es que la complicada semana de tres partidos, que arrancó con Sevilla, obligó al entrenador italiano a mover las fichas de su plantilla para organizar los onces teniendo en cuenta los minutos de juego y horas de vuelo (parón de selecciones), compensar los equipos y organizar el ánimo de sus futbolistas: "Hay que evaluar bien lo que pueden aportar, dar descanso y tener a toda la plantilla contenta", explicó sobre el centro del campo. El primero en rotar fue Eduardo Camavinga, que disputó tan sólo 23 minutos en el Pizjuán. Pensando en el partido de Champions, Carlo dio descanso a uno de sus futbolistas que están más en forma. Sin embargo, el entrenamiento del Real Madrid en el estadio del SC Braga dejó un susto justo antes de terminar.
El centrocampista francés se retiró al vestuario acompañado por dos médicos del club blanco... mientras se llevaba la mano a la pierna derecha. Trataba de explicar lo que acaba de sentir mientras enfilaba el túnel de vestuarios. Un posible golpe, como ya adelantó Carlo en la rueda de prensa, que podría obligar al entrenador a modificar el once. El resto de compañeros se quedaron sobre el césped para realizar varias rondas de disparos a puerta... menos Tchouaméni, que se retiró segundos antes de su compatriota, pero que no reflejó ninguna dolencia a los servicios médicos del club blanco.
