La Real Sociedad se llevó su primer disgusto europeo esta temporada. El Nápoles, quizá sin hacer más méritos que los de Alguacil, se llevó la victoria de Anoeta. El equipo txuriurdin mostró sus señas de identidad y fue mejor en algunos aspectos, pero le faltó la pegada que tuvo su rival.
Ya en Rijeka necesitó de una acción en la prolongación para llevarse la victoria. Ante el Nápoles, un rival de más entidad, no le bastó. Los italianos, además, tuvieron esa pizca de suerte necesaria cuando Sagnan desvió el disparo potente y lejano de Politano. Se llevaban apenas 10 minutos de la segunda parte y era el primer disparo visitante en muchos minutos.
Los de Gattuso entraron mucho mejor al partido. Con Insigne al mando hasta su lesión, tuvieron dos ocasiones claras, primero el propio Insigne a los siete minutos y poco después Mario Rui en otra llegada por el costado izquierdo. A la Real le costaba superar la presión de los italianos y tardó casi 18 minutos en hacer intervenir a Ospina, en un suave disparo de Portu.
Poco a poco, los de Imanol se fueron haciendo con el mando, ayudados por la lesión del capitán de los napolitanos. Merino y Silva conectaron mucho con el balón y el dominio fue cayendo del lado local. Faltaba, eso sí, alguna ocasión que metiese miedo al equipo italiano, que se encontraba muy ordenado y muy cómodo en ese rol. La mejor la tuvo Merino, a los 24 minutos, en un cabezazo que mandó alto.
Con el gol en el arranque del segundo acto, el Nápoles acentuó su plan. Ganó energía y verticalidad con los cambios y Lozano se convirtió en una pesadilla para Gorosabel por la izquierda del ataque. Al tiempo, los centrales se mostraban muy sólidos. Fueron minutos de zozobra para la Real. Aun así, Portu tuvo el empate en el 66', pero se topó con una espectacular mano de Ospina.
Imanol trató de cambiar la situación con la entrada de Barrenetxea y Zubimendi, dejando defensa de tres y dando la banda entera al primero, pero no bastó. Incluso la victoria napolitana pudo ser mayor, pero Pawson anuló un tanto de Osimhen por un doble toque en el saque de Mario Rui, que se resbaló.