Januzaj llegó en verano como uno de los fichajes más ilusionantes y con más nombre, pero también con más signos de interrogación, tras varias temporadas en Sevilla muy lejos del nivel que ofreció en Anoeta.
Una cesión de esas que pueden ser definitivas para bien o para mal. Una apuesta, sin duda, complicada. De momento, el belga no ha cumplido con las expectativas. Las lesiones no le han dejado demostrar la calidad que tiene en las botas y, mucho menos, tener un rol importante.
Pero algo hay en Januzaj que invita al optimismo. A pesar de no ser titular, cada vez que sale al campo, el equipo lo nota. Nunca se esconde y siempre pide el balón.
Ha marcado en los dos últimos partidos en el Gran Canaria, saliendo desde el banquillo. Al Getafe le hizo un gol de bandera, que hizo soñar a Las Palmas con un empate que no llegó a producirse. Una volea con la izquierda que enganchó dentro del área, imposible para David Soria. A pesar del gol, no tuvo minutos en el Bernabéu. Tampoco fue titular ante Osasuna, pero Diego Martínez le volvió a dar unos minutos, y no los desaprovechó.
No solo por el gol de falta, que significó el punto obtenido, sino porque cuando Januzaj entró al campo, Las Palmas cambió la imagen. Salió al césped cuando quedan nueve para el final y con su equipo con un futbolista menos por la expulsión de Essugo. Un escenario nada propicio, pero Januzaj decidió tomar el timón ofensivo del equipo, demostrando el talento que tiene.
Al internacional por Bélgica le queda todavía mucho para convencer a Diego Martínez. Por fuera tiene la competencia de Sandro y Moleiro, pero está ante una buena oportunidad de salir como titular en la zona central. Las bajas de Campaña y Essugo le abren una puerta del once. 'Janu' como medicina para los males futbolísticos de la UD Las Palmas. El belga está dispuesto a asentarse en el equipo a base de trabajo y goles, pero el camino no es sencillo.
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