- Estadísticas Así vivimos el Villarreal-Real Madrid
Cuando peor pinta el panorama, mejor es la respuesta del Madrid. Dos días y medio después del palizón del Metropolitano, con menos descanso que el resto gracias a LaLiga (se quejó el club con razón antes de la victoria), en un campo siempre complejo y con otro gol en contra al poco de empezar, el equipo blanco obtuvo una victoria extenuante y meritoria. Demostró que quiere también LaLiga, que no piensa rendirse, y que tiene futbolistas determinantes, sobre todo en las áreas. Courtois volvió a ser dominante en la suya, con dos paradas de valor gol, y Mbappé convirtió las dos opciones que tuvo en una remontada de gran valor, justo antes del parón. El Villarreal dominó de inicio, generó ocasiones para obtener al menos un empate, pero le faltó acierto en el último toque. Ayoze creó y tuvo las más claras. No tuvo el día.
Costó al Real Madrid centrarse en lo que se jugaba en La Cerámica. Además, el Villarreal puso intensidad y ritmo alto para sacar brillo a la resaca continental del adversario y se puso por delante muy pronto. Fue en el minuto 8, después de un córner bien botado por Baena y defendido con blandura por los blancos. Embocó Foyth desde cerca, sin mucha oposición, aunque ya por entonces había probado dos veces a Courtois, la segunda con un paradón de esos que dan puntos firmado por el belga.
El arranque amarillo fue perfecto. Sin Parejo, con Pépé y Ayoze arriba para aprovechar la movilidad, se trataba desde entonces de evitar las salidas en velocidad del Madrid. Comesaña y Pape Gueye dominaron el espacio, pero no el balón, y por ahí empezó a salir un Madrid que hizo click en cuanto Bellingham reforzó a Valverde y Camavinga en la salida de balón para colocarse en campo contrario, donde no hizo falta mucho para dar la vuelta al encuentro. En concreto, bastó con encontrar a Mbappé. En la primera, tiró una pared estupenda que dejó solo a Brahim ante Diego Conde, tapó el portero y remachó 'Kiki'. En la segunda, circuló de izquierda a derecha el equipo blanco, apuró línea de fondo Lucas, cada día más suelto, no llegó Rodrygo y Mbappé ejecutó con limpieza: control con pisadita y remate de interior junto al palo.
Se desesperó Marcelino con la fragilidad de su equipo en la línea de rechace. Su equipo llegaba a la línea de medios con relativa facilidad, pero les costaba crear ocasiones claras. Tuvo una, en una buena maniobra de Pépé por el costado derecho. Amagó hacia dentro, quebró hacia fuera para ganar el espacio a Asencio y remató duro y cruzado. Parecía gol, pero Courtois sacó una mano espléndida, parecida a aquella de París a Salah. Determinante. Poco antes de la pausa tuvo una buena opción Rodrygo pero remató blando.
La segunda parte cambió el decorado. Entre que el Villarreal dio un paso adelante, o dos, y que al Madrid le empezó a faltar el oxígeno, se jugó en campo blanco. La vía más frecuente fue Buchanan, Llegó una, dos, tres veces. Una clara, en un centro frontal de Baena que Barry cabeceó arriba, anticipándose al capitán Lucas. La sensación de agobio obligó a Ancelotti a hacer cambios pronto. Entraron primero Rüdiger y Vinicius, y después Modric, justo cuando Marcelino refrescó bandas con Yeremy Pino y Pedraza. Con Luka, el Madrid ganó calidad para defenderse con la pelota. Incluso se mostró en una contra que dejó a Valverde en buena posición para remachar, pero buscó el centro atrás a Bellingham e interceptó Pedraza con el brazo posado en el verde.
Entre el agotamiento blanco y la entrada de Parejo para el último tramo de partido, cualquier cosa era posible. Creció Fran García ante el intento del Villarreal de cargar el ataque por su costado. Ayudaron Camavinga, menos fino con el balón que en el Metropolitano, y Belligham, generosísimo pese al sobreesfuerzo. Se fue Valverde, exhausto y entre pitos. Ya saben, aquello con Baena. aunque ambos se cruzaron en el juego con cortesía. Pudo empatar Ayoze en una pelota que le cayó en el área, se revolvió y voleó con violencia. Se fue rozando el larguero. También tuvo una salida clara Vinicius, dos para dos, con Mbappé, pero falló el pase de exterior. Ancelotti corrigió a Vini después de tirarse un lujo innecesario en banda. Menos adornos y más ayudar al equipo. Siguió apretando el Villarreal, sobre todo con centros laterales. Falló Güler con la pelota, Vini en el temple, pero achicaron agua Camavinga, Bellingham, Lucas y el resto hasta el pitido final que les hizo derrumbarse sobre el césped, agotados. Una victoria conquistada a golpe de riñones, con el último gramo de energía.
Comentarios