- Real Madrid. Triana, el primer gran golpe de Bernabéu
Durante la Primera Guerra Mundial, el Real Madrid compitió con absoluta normalidad, ya que el conflicto no afectó a España. Mientras tanto, en Inglaterra, cientos de futbolistas fueron llamados a filas, y muchos de ellos perdieron la vida en los campos de batalla europeos.
Uno de esos futbolistas fue Robert Firth (1887-1966), quien años después llevó al Real Madrid a conquistar la Liga en 1933 y dos campeonatos regionales (1933 y 1934). Sin embargo, su aventura en Chamartín terminó el 17 de diciembre de 1933, cuando el equipo cayó 0-1 ante el Betis. Su salida marcó el inicio de una nueva etapa con Paco Bru como entrenador, tras descartarse la opción de que Santiago Bernabéu pasara de directivo a técnico.
El soldado 41.703
Firth había vivido una experiencia vital marcada por la guerra. Nacido en la ciudad minera de Hanley, en el centro de Inglaterra, jugaba en el Nottingham Forest cuando estalló la contienda. Fue llamado a filas con el registro 41.703 y se unió a la Royal Field Artillery, concretamente a la XXIV Brigada, dentro de la Sexta División de la Columna de Artillería de la RAF.
En septiembre de 1914, fue enviado a Flandes y Francia. Unos meses antes, el 6 de agosto, la prensa informó que tres jugadores del Nottingham Forest pasaban de la reserva a la actividad bélica. “Cada jugador recibió un paquete con tabaco y cigarrillos”, relataba The Nottingham Guardian, que también mencionaba la presencia de directivos y compañeros en la estación para despedirlos.
El destino de aquellos futbolistas fue dispar. William Fiske (1885), portero del equipo, murió en la tercera ofensiva del Aisne (Hauts-de-). Su cuerpo nunca apareció y su nombre quedó inscrito en el Soissons Memorial, junto a otros 4.000 soldados británicos desaparecidos.
El caso de Bell es más enigmático: ni siquiera se sabe con certeza si su nombre era Jack o John. No se encuentran sus registros militares durante la Gran Guerra. Sin embargo, se sabe que sobrevivió y siguió jugando al fútbol hasta la década de 1920.
Robert Firth también regresó con vida a Inglaterra, donde lo esperaba su esposa, Lily. Volvió con una medalla al valor en combate y el rango de sargento.
Llega a España
Firth inició su carrera como entrenador tras colgar las botas en 1923, cuando jugaba en el Southend United. En septiembre de 1930, llegó a España para dirigir al Racing de Santander, que ya había tenido entrenadores británicos como Fred Pentland (inglés) y Patrick O’Connell (irlandés).
Aquel primer año, el Racing terminó empatado a puntos con el Athletic y la Real Sociedad, aunque el título se lo llevó el Athletic Club por diferencia de goles. En junio de 1931, renovó por una temporada más, pero el equipo finalizó en cuarta posición. A pesar de ello, la ciudad estaba encantada con su entrenador. Sin embargo, en junio de 1932, debido a problemas económicos, el Racing y Firth acordaron su salida. En agosto, ya era el nuevo entrenador del Real Madrid.
Bajo su dirección y con métodos disciplinados, como corregir a los jugadores que abusaban del regate, el Madrid se proclamó campeón de Liga. Era la segunda consecutiva tras la lograda con Lippo Hertzka.
Gloria y decadencia
El éxito duró poco. La temporada siguiente comenzó con crisis y la prensa, que antes lo elogiaba, empezó a atacarlo. Se le vinculó con hábitos poco profesionales, como su afición desmedida por el tabaco y el vino tinto. Una crónica llegó a escribir: “Poner en duda el valor de la victoria es como suponer que Mr. Firth es abstemio”. Cada cierto tiempo aparecían noticias con su nombre y referencias al whisky, el tintorro y la cazalla.
Finalmente, dimitió tras una derrota ante el Betis y regresó a Inglaterra. En febrero escribió una carta a ABC para desmentir que fuese a entrenar al Deportivo. Desde entonces, su rastro se pierde en España.
Robert Edwin Firth falleció en Sheldon en 1966, cerrando una vida marcada por la guerra, el fútbol y la polémica.
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