Simón Lecue (Arrigoriaga, 1912-Madrid, 1984) fue uno de los jugadores de más talento del fútbol español en la década de los 30 del pasado siglo. Fue, posiblemente, el primer gran maestro en lanzamientos de falta nacido en España hasta ganarse el apodo del Rey de los golpes francos. Un interior de calidad, rápido y goleador. Una estrella víctima de esa generación a la que entre el robo del siglo en el Mundial de 1934 y la Guerra Civil privaron de un peso en la historia del fútbol mucho más potente.
Jugó en el Real Madrid — 120 partidos oficiales, 40 goles y campeón de Copa en 1936—, cuya camiseta defendió antes y después de la Guerra Civil. Se formó en el equipo de su pueblo, el Club Deportivo Padura, pasó luego al Basconia y llegó a la élite en el gran Alavés de Quincoces, Ciriaco, OIivares, Albéniz...
Pero el equipo de su vida fue el Real Betis, con el que se proclamó campeón de Liga en 1935. Los tres años que pasó en Sevilla le marcaron profundamente. Tanto como para que años después, retirado y con su vida hecha en Madrid y su casa en la calle Alfonso XII, asegurara: “En el Betis pasé los mejores años de mi vida como jugador de fútbol. Allí fui campeón de Liga y llegué a la selección. Inolvidable”.
Después de una fenomenal temporada en Vitoria, alguien en Sevilla entendió que Lecue era un excelente elemento para reforzar al Betis. Un acuerdo cerrado en 30.000 pesetas vistió al vasco de verdiblanco. Su debut con su nuevo equipo en la Liga no pudo ser más desastroso: 9-1 en San Mamés, el 27 de noviembre de 1932. Aún hoy, esa es la peor derrota bética en un partido oficial.
En Sevilla, Lecue pronto trabó amistad con el pelotari Arostegi, una figura destacada en el Frontón Betis. Este recinto, dedicado a la práctica de la pelota vasca, estaba ubicado junto al campo del Patronato, el estadio donde jugaba el Betis en aquella época. Su construcción se llevó a cabo bajo la presidencia de Ignacio Sánchez Mejías, una figura clave no solo en la historia del club, sino también en la cultura y la sociedad española de aquellos años. Célebre torero y mecenas de las artes, fue una inspiración para la Generación del 27, en especial para Federico García Lorca, quien le dedicó la elegía Llanto por Ignacio Sánchez Mejías tras su trágica muerte a causa de la cornada del toro Granadino en Manzanares.
Su gol al Madrid
En sus tres temporada como jugador del Betis, Lecue no perdió ante el Madrid en Sevilla. La primera temporada empató a cero. En la segunda, el equipo verdiblanco se impuso por 2-1. Un disparo lejano de Lecue, poco antes del descanso, sorprendió a Zamora, quien tras recibir en impacto de la pelota en la cara no pudo evitar que la pelota acabase en sus redes. Ese fue el tanto que decidió el partido del 18 de febrero de 1934.
La temporada siguiente, el Betis ganó en su campo 1-0 al Madrid, un resultado clave luego, porque la Liga acabó en la casa verdiblanca con sólo un punto de ventaja sobre los blancos. En sus visitas verdiblancas a Chamartín, el vasco sucumbió siempre.
Luego, con el Madrid, Lecue nunca perdió contra el Betis: tres victorias y un empate.
Su Sevilla
“Jugué tres temporadas en Sevilla, pero a raíz de proclamarnos campeones acordaron el traspaso al Madrid. Acordaron pagar 60.000 pesetas —la misma oferta que hizo el Barcelona— y quedé enrolado en el club madrileño, sin que por ello dejara de recordar al Betis. Hoy, a pesar de que han transcurrido tantos años, puedo asegurar que es el club que recuerdo con más cariño. Quizá porque tenía 20 años y me fue magníficamente en él”, rememoraba en MARCA en el invierno de 1958.
Las calles de Sevilla fueron una bendición para un chico de 20 años que se enamoró de la ciudad y del Betis. Aunque el Madrid luego caló en él, poco antes de marcharse del club verdiblanco aseguraba que no se iba por su gusto. Siempre tuvo en alta estima a Patrick O’Connell, el entrenador irlandés con el que fue campeón de Liga.
El Mundial y Valencia
El 27 de mayo de 1934, el Betis entraba por primera vez en la selección. Y fue gracias a Lecue, titular en el debut también de España en la Copa del Mundo: 3-1 ante Brasil en Génova.
Además de Alavés, Betis y Real Madrid, en Primera también jugó con el Valencia. Eso fue entre 1942 y 1947.
Pero ya antes, con España en guerra, Lecue había defendió la camiseta de Valencia en 1937 en cinco partidos ente la Copa de la España Libre y la Liga del Mediterráneo.
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