Dispuestos a no dejar escapar la victoria, el Granada se apresuró a encarrilar el partido, pero el decorado cambió con expulsión de Villar, circunstancia que no supo aprovechar el Zaragoza hasta el final, cuando en un arreón fulgurante cambió el signo del partido para llevarse un punto in extremis.
Sin tiempo para romper a sudar, el Granada trató de intimidar a los visitantes con una presión intensa y el primer acercamiento con peligro del encuentro, en una contundente declaración de intenciones.
El Zaragoza trató de no arrugarse y tampoco tardó mucho en probar a Luca con un disparo lejano de Soberón que el francés pudo detener.
Tras unos minutos de tregua, Abde Rebbach apareció para sacudir el encuentro con un gol de videojuego, abriendo el marcador con un golpeo que se coló por la escuadra, inalcanzable para el meta rival.
Con ventaja en el marcador, los andaluces comenzaron a crecer, pero su dominio saltó por los aires con la expulsión por roja directa de Gonzalo Villar (minuto 34), intercambiándose los papeles con el Zaragoza, que apretó durante el tramo final del primer asalto en busca del empate.
Alegría y sufrimiento, de la mano
Los de Escribá salieron al segundo acto dispuesto a sufrir, pero no tardaron en encontrarse con el 2-0, dejando al Zaragoza anestesiado, sin capacidad de reacción.
A pesar de la inferioridad numérica, los andaluces casi logran la sentencia, pero el 3-0 de Lama fue anulado por un ajustado fuera de juego del central.
Los maños lo seguían intentando de forma estéril, muy plano y predecibles, dejando que muriese el partido sin signos de remontada hasta el descuento, cuando Alberto Marí puso el 2-1, generando una incertidumbre que no sirvió para cambiar el signo del encuentro hasta dos minutos después, que Pau Sans puso el 2-2 y el Zaragoza rescató un punto. Dos goles en dos minutos en el 92 y 94.
Comentarios