- Clasificación Así está el Grupo 2
En una categoría tan igualada como la Segunda RFEF, donde los focos suelen esquivar a los equipos humildes, la SD Logroñés se ha ganado el derecho a ser protagonista. Lo ha hecho desde el silencio, el orden y una irable capacidad para crecer sin alardes, con Carlos Pouso (64 años) al timón de un proyecto que ha ido tomando forma con convicción y paciencia. El veterano técnico vasco, otrora ídolo de aquel Mirandés copero, quiere despedirse por todo lo alto del deporte rey celebrando un nuevo ascenso con los riojanos.
Desde que el experimentado preparador asumiera el mando el pasado verano, el conjunto blanquirrojo ha apostado por una fórmula clara: compromiso absoluto, vestuario unido y claridad en los roles. Muchos de los jóvenes que integran la plantilla ya conocían la exigencia de Pouso, y han respondido con una ética de trabajo ejemplar. El resultado: un equipo reconocible, sólido y eficaz, que ha alcanzado su mejor versión en el tramo decisivo del curso.
Ocho victorias y dos empates en los últimos diez partidos avalan el gran momento de forma del conjunto riojano, que no solo ha asegurado la salvación, una plaza en la Copa del Rey y su presencia en el playoff de ascenso, sino que ahora mira con ambición al liderato del Grupo 2 que comanda el Arenas de Getxo de Ibai Gómez.Su evolución en la segunda vuelta es de las más destacadas de toda la categoría: 32 puntos sumados, solo por detrás del Teruel. A eso se suman unos registros que impresionan a cualquiera: tercer equipo más goleador del grupo, cuarto menos goleado, y un rendimiento como visitante que no tiene parangón en el fútbol nacional.
Porque la SD Logroñés es, con solo dos derrotas lejos de Las Gaunas, el mejor visitante de las cuatro principales divisiones del fútbol español. Solo el FC Barcelona y el Real Madrid igualan ese dato. Además, es el equipo con más puntos logrados fuera de casa en toda la Segunda RFEF, el sexto mejor del país en balance goleador (+23) y el noveno en promedio anotador por encuentro, con casi dos goles por partido.
Pero más allá de los números, hay una historia de cohesión y sacrificio que define la identidad del grupo. En Logroño no hay estridencias, sino una plantilla que ha sabido asumir con naturalidad sus metas. Primero fue la permanencia, sellada con una goleada ante el Alfaro. Luego, la clasificación matemática para la fase de ascenso y la Copa. Y ahora, el objetivo es claro: subir directamente a Primera Federación como campeones de grupo.
“Este año es especial. Hace tiempo que no vivía un ambiente tan bueno en el vestuario”, confesaba recientemente el capitán Josemi Castañeda. Palabras que reflejan el sentir general de un equipo que se siente familia. La gestión de Pouso ha sido clave: ha logrado que todos se sientan importantes, incluso los que menos minutos disfrutan, y ha convertido el día a día en un entorno de exigencia y alegría a partes iguales.
Mirando al futuro
La SD Logroñés, club popular, ha apostado por el fútbol de toda la vida. Ese que se cocina en los entrenamientos, que se basa en la solidaridad y en el juego para ganarse el respeto. Y ahora, cuando más cerca está el sueño del ascenso, lo hace sin desviarse de su guion: paso a paso, sin ruido, dejando que hablen los resultados. Por delante, los de Pouso tienen tres finales (Tudelano, Eibar B y Utebo) que, de ganarlas si van unidas a un pinchazo de los vascos, devolvería a los blanquirrojos a Primer RFEF.
Como decía mi padre 'disfruta el momento hijo que a mañana no ha llegado nadie"
"Lo del primer puesto lo tenemos ahí, pero no depende de nosotros. Sí depende traer los tres puntos de Tudela y en eso estamos volcados. Como decía mi padre 'disfruta el momento hijo que a mañana no ha llegado nadie", dijo el vasco en la previa. Si no alcanza por la vía rápida, tocaría intentarlo por el camino del play off. El último ‘milagro’ de Pouso está cada vez más cerca.
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