Jornada de infarto la vivida en Torremolinos, donde el Juventud logró un inesperado y emocionante ascenso a Primera RFEF en la última fecha del campeonato. Con la atención dividida entre su propio partido en El Pozuelo y lo que ocurría en el campo de su rival directo, el equipo malagueño vio cómo se alineaban los resultados para hacer realidad un sueño largamente perseguido.
El Juventud de Torremolinos, que hace dos años y medio militaba en Tercera RFEF tras un descenso, ha protagonizado una auténtica gesta. Desde la llegada del grupo japonés ACA Football Partners, la entidad verdiblanca ha experimentado un crecimiento imparable que ha culminado con este ascenso de la mano del técnico Antonio Calderón.
Desde el arranque del partido en El Pozuelo, el equipo local dejó claro que iba a por todas. Un doblete de Fran Gallego y otro gol de Cristóbal sentenciaron el duelo antes del descanso con un contundente 3-0. Al mismo tiempo, en La Línea de la Concepción, la Balompédica Linense vencía por 2-0 a La Unión Atlético, resultado que favorecía directamente al Juventud.
La afición, que abarrotó las gradas, vivía con nervios y entusiasmo cada minuto, sobre todo sabiendo que el destino del equipo también se decidía a kilómetros de distancia. En la segunda mitad, los verdiblancos siguieron su exhibición con tantos de Servetti y Miguel Pérez, cerrando el partido con un imponente 5-0.
Aunque La Unión logró recortar distancias, el marcador final se mantuvo favorable para la Balona, certificando así el ascenso directo del Juventud de Torremolinos. Un éxito rotundo para un equipo que, recién ascendido a la categoría, ha firmado una temporada brillante y se planta ahora a un paso del fútbol profesional.
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