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Luis de la Fuente está haciendo y escribiendo la historia de España. Es algo que no se puede discutir, guste más o menos el técnico riojano. La selección está a un partido de lograr algo desconocido en la historia de la selección española, como es la conquista de tres títulos consecutivos. Liga de las Naciones, Eurocopa y otra vez Liga de las Naciones. Tan solo Del Bosque se aproximó a esa posibilidad tras la conquista de Mundial y Eurocopa, pero en el golpe definitivo, España dobló la rodilla ante Brasil en Maracaná, sin apenas capacidad de respuesta. Ahora llega Portugal para que la cita con el récord sea pleno.
La gran diferencia entre estas dos selecciones que han marcado una época en el fútbol, es que la de Vicente del Bosque estaba empezando a dar síntomas de agotamiento, cuando la actual transmite la sensación de que está empezando a escribir su historia, que apunta a conquistar grandes retos en su camino, empezando por la final del domingo ante la Portugal de Cristiano Ronaldo, porque así sigue siendo la vecina sección portuguesa.
Llegó en un momento complicado
El seleccionador español llegó tras el convulso final de Luis Enrique en el Mundial de Qatar. No era un momento sencillo ni mucho menos. Rubiales confío en el hombre de la casa, pese a que muchos técnicos no pararon de ofrecerse durante la disputa de la Copa del Mundo que condenó al técnico asturiano a su salida de la Federación. El amor entre presidente y seleccionador se terminó y de mala manera.
No era un momento sencillo, pero la dificultad aumentó cuando en la primera convocatoria España patina, y de qué manera, ante Escocia, en la que hasta ahora es la única derrota en partido oficial en el historial del técnico al frente de la selección absoluta. Las críticas fueron salvajes tras aquel partido, pero el técnico supo rectificar y se dio cuenta de que no valía aquello de que era un partido jugar, un equipo y al siguiente otro diferente.
31 partidos como seleccionador
En total suma 31 partidos al frente de la selección, contando el que dirigió ante Lituania en la previa de la Eurocopa que se jugó en 2021 y en el que no pudo estar Luis Enrique por culpa del positivo de Busquets por covid. Solo cuenta con dos derrotas, la citada ante Escocia y un amistoso ante Colombia disputado en Londres.
El tercer encuentro de De la Fuente al frente de la selección española fue una semifinal con disfraz de final. Una derrota ante Italia en el penúltimo partido de la Liga de las Naciones pasada, hubiera estado muy cerca de significar su adiós, pero llegó el momento en que el técnico pudo demostrar que sabe y mucho de fútbol. Iba a ser el final para muchos, pero fue el principio. Primer título como máximo responsable técnico del banquillo español.
Los días más duros
Poco después llegó el número Rubiales tras lo sucedido en Sidney, presencia de la guardia civil incluida en un entrenamiento semanas después y multitud de rumores sobre el futuro de la Federación e incluso con la tardanza en sellar la renovación por aquello del adiós de Pedro Rocha y la llegada de Louzán. De la Fuente sobrevivió e incluso sacó la cabeza en la adversidad. Se hizo fuerte con los jugadores y logró aislar a la selección de todo el ruido exterior, en lo que ha sido uno de sus grandes éxitos. Apostó por gente joven y le han respondido tal y como se comprobó en la Eurocopa y en el camino posterior, con el punto álgido de la presencia de España en la final del domingo ante Portugal.
No soy un agrandado, pero podría serlo porque tengo motivos para ello
El resumen de ese reclamar su sitio llegó en Córdoba tras ganar y bien a Serbia. "No soy un agrandado, pero podría serlo porque tengo motivos para ello. Otros tirarían de carisma, pero yo soy humilde, educado... y ahí voy a parar". Y la base del éxito ha sido la de saber lo que venía por abajo en la selección y su apuesta por el talento joven, con Lamine Yamal a la cabeza, pero también saber mirar a lo que había en un pasado como ha hecho con la convocatoria de Isco y no dar la espalda a irrupciones como la de Huijsen o Asencio.
De la Fuente ha tenido la habilidad de unir a las dos españas,esas que siempre están divididas y lo ha hecho con la pelota de por medio y logrando los triunfos que se llevaba una década sin conseguir, como fue la Eurocopa del pasado verano o nunca logrados como la Liga de las Naciones.
En el camino de esta España de éxito quedan victorias ante Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, dejando bien a las claras que Europa es terreno dominado. Ahora falta dar el paso y hacerlo a nivel planetario, es decir, en el próximo Mundial. El reto está lanzado, pero lo primero es sellar la clasificación, pero después de jugar la final, la tercera consecutiva en grandes torneos, ante Portugal.
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