SELECCIÓN ESPAÑOLA

Selección española

¿Y si Rubiales nos hubiera caído bien?

Lo de los domingos

Morata y Carvajal, capitanes de la Selección, con Rubiales.
Morata y Carvajal, capitanes de la Selección, con Rubiales.RFEF

El viernes vi el discurso de Rubiales en el trabajo y con Twitter abierto. De vez en cuando salpicaba unas palabras en la caja, pero siempre las acababa borrando porque la barbaridad que entraba por mis oídos era inabarcable por mis dedos. iro a los que pudieron tuitear párrafos enteros en tal estado de perplejidad. Al final no escribí nada, pero he leído mucho. Y casi todo bueno, aunque lo que

yo leo en redes sociales es lo que yo quiero leer. Por eso el día de las elecciones siempre me sorprendo y me pregunto cómo pueden pasar las cosas que pasan. Pero de todo lo que he leído he echado en falta una cosa.
A los jugadores de la Selección
. Porque Rubiales no era únicamente el presidente de la Selección femenina.
Algo tendrían que decir
. Aunque entiendo también que no les resulte fácil. No por miedo. Por idiosincrasia. Los futbolistas masculinos
viven desde muy niños en un entorno de hombres
, muchas veces un ambiente machista. Y no sólo los futbolistas. Pero de ahí también se sale.
Se cura teniendo amigas feministas, compañeras feministas, parejas feministas
. Aprendiendo lo que es el privilegio. Los privilegios. Es desalentador pensar que, además de una cuestión de género,
existe en la razón de este silencio otra diferencia de clase
. Que los futbolistas se puedan sentir
más cercanos al patrón que a sus compañeras
. Quizás van más por ahí los tiros que por un supuesto miedo a perder futuras convocatorias. Salvo contadas excepciones,
ellos también van a quedar señalados por quedarse al margen de una ola
que no nació el pasado domingo. No se puede separar el terremoto de su contexto previo. Por un lado, la rebelión en la Selección femenina y el partido que tomó el presidente por Vilda
desde el primer momento y hasta la reivindicación testicular del palco
. Por otro, el hecho de que
Rubiales cae mal
. Por sus polémicas anteriores, por su forma de ser, por su forma de hablar, por lo que sea. Pero cae mal.
Y ha sido un hecho facilitador para la repulsa comunitaria.
Imaginemos que
el acto contra Jenni Hermoso
lo ejecuta un presidente con buena imagen, que cae simpático y con carisma. Por poner dos nombres con esas características (y a los que no me imagino en esa situación),
Pau Gasol o Rafa Nadal
. ¿La condena hubiera sido tan firme y unánime?
¿Lo hubiéramos intentado justificar o defender?
¿Y si hubiera sido tu amigo?
Un abuso es un abuso y un acto machista es un acto machista lo cometa la persona que peor te cae del planeta o tu mejor colega
. Si el beso lo hubieran propinado Gasol o Nadal... ¿diríamos que no es para tanto? ¿Que cómo van a ser ellos agresores machistas? En la misma situación y con las mismas imágenes y el mismo testimonio de Jenni.
Me temo la respuesta.
Por 'fortuna' ha sido Rubiales
y la condena global nos permite avanzar
hasta que lleguemos a un día en el que, si el del piquito es tu amigo, aunque sólo sea por no desdecirte de todo lo de estos días,
también te pongas del lado de la Jenni a la que le toque sufrirlo.
Del que aplaudió a rabiar cuando escuchó "falso feminismo"
y al día siguiente quiso echar la última palada de tierra sobre la tumba de su jefe
para intentar borrar su bochorno mejor no hablar. El problema no es sólo Rubiales. Hasta que no desaparezca el eco de los aplausos del otro día en Las Rozas, el fútbol español seguirá manchado.

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