El Sevilla está con las carnes abiertas esperando la decisión final de Monchi. Por mucho que haya pedido salir del club hace sólo 48 horas, su decisión final sigue siendo un misterio, después de negarse a hacer frente a la cláusula liberatoria que aparece en su contrato. En el club piensan que apostará finalmente por abandonar el actual proyecto del Sevilla, conscientes de que este año ha sido especialmente duro para él, además de tener ciertos problemas profesionales con gente de peso en la entidad. Sin embargo, el tiempo apremia. No debe demorarse.
De hecho, el Sevilla ha convocado a sus consejeros para un Consejo de istración el próximo lunes, donde esperan la respuesta definitiva del director deportivo, quien a esta hora se lo sigue pensando. Su entorno más cercano le aconseja que es momento de tomar aire y alejarse del Sevilla, después de un año donde lo ha pasado tan mal y, encima, ha terminado con la corona de campeón. No existe mejor fecha para decir adiós. Pese a ello, Monchi duda. El Sevilla le duele y no termina de aceptar que pueda traicionar a sus seguidores.
Esa especial personalidad de Monchi es la que aún mantiene viva la llama de su continuidad, después de comprobar hace unos días cuál es el pensamiento de los dirigentes y el precio a su salida. Nadie le va a decir a Monchi que se marche. Esa medalla no la cargará ningún mandatario. Debe de dar el paso el director deportivo y también darse prisa. Ya se han hecho tres fichajes (el último Loïc Badé) y se ha renovado al entrenador. La planificación va cogiendo forma. Toca aceptar el adiós de Monchi o reforzarlo en su cargo de cara a una nueva temporada.
