El año pasado Robert MacIntyre se quedó a punto de ganar el Open de Escocia tras una enorme remontada, pero Rory McIlroy lo privó de la gloria en su casa. Nada hacía más ilusión a Bob que levantar el 'su' abierto nacional y jugar la Ryder Cup. De allí salió otro MacIntyre que semanas después, en Roma, terminó de dar el salto que le hacía falta a su carrera. Hoy al fin ha ganado Open de Escocia (torneo de las Rolex Series que cosancionado por el PGA y DP World Tour) y lo ha hecho además a como los grandes campeones, sacando su mejor golf bajo presión. Robert, que hizo eagle al 16 y birdie al 18, ha firmado 67 golpes en la cuarta ronda, los mismos que Adam Scott, que se ha quedado a uno del vencedor en el cómputo global.
Todo lo cambió con un eagle en el 16. Bob tenía una situación incómoda desde el rough y lo fue más aún cuando vio que había un aspersor que le molestaba para hacer el swing. Haciendo pruebas comprobó que su pierna derecha daba en este elemento y se le permitió dropar. Esto lo cambió todo y, desde ahí, pegó un golpe increíble y momentos después pateaba para consumar el eagle.
El torneo fue cambiando de manos a lo largo del día. Al inicio de la jornada muchos habrían apostado por Ludvig Aberg, pero el sueco estuvo errático y menos seguro. El joven lo había hecho perfecto durante las tres rondas anteriores, pero el día D, por desgracia para él, se torció todo. Varios jugadores pugnaron por el liderato, pero según avanzaba el día fue Scott quien cobraba ventaja y se erigió en el favorito hasta el eagle de MacIntyre. El australiano completó su recorrido con el escocés jugando el 17, pero se quedó sin desempate tras un magnífico putt de Bob en el 18. Este curso MacIntyre puede presumir ya de haberse anotado dos grandes triunfos, pues se adjudicó en junio el Canadian Open, torneo que ganó con su padre de caddie.
Entre los españoles, Alejandro del Rey, que acabó con vuelta de 65, fue el mejor al terminar decimoquinto. Jorge Campillo fue 26º
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