Ya no es época de disfrutar de jornadas plácidas de golf en las Islas Británicas. Ultimado ya el verano, los días de viento se suceden y convierten los links en un ejercicio de paciencia como sucedió en la tercera jornada del Amgen Irish Open, el abierto irlandés donde Jon Rahm inició su cuenta profesional en el DP World Tour en 2017, éxito que luego repetiría en 2019.
Con vientos que, a ráfagas, alcanzaron los 47 km/h atrapar en regulación los greenes del Royal County Down resultó una epopeya. El día se llenó de bogeys, de los que no se libró nadie, y de más desastres como el de Alejandro del Rey (75 golpes) de nuevo en el hoyo 15. El viernes despachó ese tramo, un par 4, con un cuádruple bogey y el sábado con un triple, tras perder la bola en la salida. Siete golpes en dos días entregados, demasiada renta ante uno de los golfistas del siglo, el local Rory McIlroy.
El número 3 del mundo, el líder de la Race to Dubai, se ha posicionado de maravilla para ganar su segundo abierto nacional tras el logrado en 2016. Afrontó como todos un campo indomable hasta el último golpe. El hoyo 18, un par 5, se jugó en 5,45 de media, con sólo 4 birdies. Todd Clements, que jugaba a su lado, firmó 85 golpes, 14 sobre par. Incluso para añadirle dramatismo al día cayó un poco de lluvia.
La estrella norirlandesa, algo errático desde el tee, jugó un golf de altura con el resto de palos de la bolsa. Firmó 69 golpes después de un eagle en el hoyo 1, dos birdies y dos bogeys. Volvió a ser el golfista que juega con aplomo y cabeza, de hierros valientes y algunos putts de valor como en el birdie del hoyo 13 desde 8 metros. Lo tiene enfocado para sumar el cuadragésimo primer título profesional, el 19º del DP World Tour, porque lidera con un golpe de ventaja sobre el italiano Matteo Manassero.
Este, niño prodigio hace 15 años, ahora ya 31, prosigue con su regreso a la vanguardia mundial. No pudo ser uno de los ocho golfistas que jugaron bajo par el sábado -firmó un +1-, pero ha conservado las opciones jugando con inteligencia.Cinco bogeys fueron demasiados para levantar la vuelta, pero el verse tan cerca de McIlroy le puede animar en otra jornada ventosa a intentar sumar el segundo torneo del año del DP World Tour -y el segundo en 11 temporadas- tras haber ganado el Jonsson Open en marzo pasado.
Adrián Otaegui, mejor vuelta
Se puso la cosa tan complicada, que Adrián Otaegui, que había salido tres horas antes, entregó un 69 -nadie fue capaz de lograr una tarjeta mejor- y se aupó a la séptima plaza. El guipuzcoano se forró a birdies, seis, más que cualquiera, pero tampoco se libró de los errores (4). Lo sobresaliente es que supo enderezar el día después de haber cometido tres bogeys en cuatro hoyos en el primer tercio.
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