Jon Rahm: "Que no jugase bien en los grandes no es porque esté en el LIV"

Después de una larga pelea consigo mismo, Jon Rahm se vio por fin en un grande donde solía estar hace un par de años. Cuando era el número 1 del mundo. Cuando se sabía que el domingo, de rojo, iba a buscar un triunfo. Un tiempo no tan lejano, pero que a la afición española se le ha convertido en una eternidad.

"Estoy muy contento de estar en posición de nuevo. No sé cómo acabaré, pero desde luego estoy en una posición excelente",  comentó ante los periodistas. "Estoy muy contento con mi nivel de juego. Creo que hoy fue la ronda en la que supe que era capaz. En esas dos primeras rondas me sentí muy seguro y, simplemente, lo hice todo un poco mejor".

El de Barrika se siente ahora cómodo con su swing y eso es lo que verdaderamente le ha hecho cambiar de caracter. Salió rápido al paso cuando los estadounidense comenzaron a preguntarle que si el hecho de jugar en el LIV, coincidiendo en el tiempo con el bajón, le había condicionado. "Que yo fuera a LIV y jugara peor en los majors no tenía nada que ver con el lugar donde juego. Mi swing simplemente no estaba al nivel necesario para competir. Es más fácil conseguir una buena vuelta en escenarios fuera de los Majors, y creo que cuando llegas a campos como éste, esos defectos van a salir".

"Ha habido semanas en las que he podido jugar mejor, como el Open Británico el año pasado", prosiguió. "El Masters, obviamente, no fue un buen comienzo, pero mejoró a medida que avanzaba la semana, y sigo trabajando para mejorar mi swing. Pero diría que incluso en 2023, después de ganar el Masters, no jugué nada bien hasta la Ryder Cup, ¿No? Así que creo que los problemas empezaron antes de lo que la gente cree. Pero ahora me estoy acercando a una posición cómoda

Para acabar, Jon habló del episodio del bolazo al espectador en el hoyo 11. "Después de golpearla, vimos que la bola rebotaba, algo que hacía tiempo que no veía. Si hubiera sido un driver, lo esperaría, pero para un hierro 6, bueno, se desvió rápidamente. Le dije a Adam: 'Ten listo el rotulador porque voy a tener que darle algo, como un guante firmado'. Y me respondió : 'Puede que eso no sea suficiente'. Le dije: "No sé qué más quieres que le dé,". 

Se pusieron a buscar alguna bola de golf. "Un guante y un tee serán suficientes, le dije. Lo tomó genial. Le dije que si fuera europeo y hubiera crecido jugando al fútbol, y hubiese apuntado con la cabeza un poco mejor, quizás podría haberla acercado al hoyo", bromeó.