María Pérez ha escrito hoy, a la sombra de la Torre Eiffel, otra página gloriosa del atletismo español con una fabulosa medalla de plata olímpica en los 20 km marcha. La gigante de Orce (Granada), que tenía ya dos oros mundiales y otro europeo, se suma al reducido grupo de atletas españoles con medallas en los tres grandes campeonatos, al que se había incorporado minutos antes su compañero Álvaro Martín con el bronce en la prueba masculina.
El, oro fue para la china Jiayu Yang, que supo rentabilizar un tempranero ataque a los 5 km para llegar en solitario a meta con un tiempo de 1:25:54. María era segunda con 1:26:19, seis segundos menos que la australiana Jemima Montag, que completaba el podio.
Gran papel también de las otras dos españolas porque Laura García-Caro era séptima (1:28:12) y Cristina Montesinos, décima (1:29:11). Sin duda una actuación estelar de cara al relevo mixto del próximo 7 de agosto, en el que España puede presentar a dos dúos de auténtico lujo.
El escenario evidentemente era el mismo que el de la prueba masculina, con la Torre Eiffel como imponente testigo del sufrimiento de las marchadores -el calor se había incrementado notablemente con respecto a la prueba masculina- pero el desarrollo de la prueba era muy diferente desde los primeros minutos.
Y es que apenas habían pasado 5 kilómetros y la china Jiayu Yang, oro mundial en Londres 2017, lanzaba un tempranero ataque que se iba consolidando con el paso de los minutos. Así las cosas, la asiática aventajaba en 33 segundos a sus perseguidoras, entre las que estaban María y Laura, en el ecuador de la carrera (43.06).
Kimberly y Palmisano se caen de la quiniela
La siguiente noticia relevante era que la peruana Kimberly García, doble oro mundial en Eugene 2022 y clara candidata a los metales, perdía o con el grupo perseguidor poco antes del paso de los 12 kilómetros. Quedaban nueve marchadoras siguiendo la estela de Yang, que tenía un primer aviso por marcha irregular en el casillero.
Más importante si cabe era la retirada, muy poco después, de la transalpina Antonella Palmisano, vigente campeona olímpica y reciente oro en el Europeo de Roma. Parecía evidente que hoy no era el día de Italia tras su histórico doblete en Tokio.
Al paso del kilómetro 14, Yang seguía con más de medio minuto de ventaja sobre un dúo integrado por María Pérez y la también china Ma Zhenxia. La andaluza además no tenía ni un solo aviso por marcha irregular a estas alturas de la carrera. La segunda medalla de la marcha española empezaba a vislumbrarse.
Y no sólo eso, porque a cinco kilómetros de meta, María descolgaba a Zhenxia y se lanzaba a la caza de Yang, a la que recortaba ocho segundos en apenas 1.000 metros. ¡Se podía soñar incluso con el oro!
Mejor guardar la ropa
Al paso del 16, la diferencia era ya sólo de 20 segundos y la cara de la asiática, con los dientes apretadísimos, era un poema. María, eso sí, había recibido un primer aviso -con tres te vas dos minutos a boxes y se esfuman tus opciones de medalla-.
Ya fuese por el aviso o porque el calor y el cansancio acumulados estaban haciendo mella, lo cierto es que María no logró recortar un solo segundo en el siguiente kilómetro -del 16 al 17-. Tercera era la australiana Jemima Montag a otros 20 segundos de la española.
María recortaba otros 5 segundos a Yang entre los kilómetros 17 y el 18 pero Montag se acercaba a sólo 11 segundos y parecía tener gasolina para un último y postrero ataque.
Al sonido de la campana, la china seguía con 17 segundos de ventaja y la oceánica se había acercado a solo 5 segundos. El reto no era ya ganar el oro sino mantener la plata.
María aguantó finalmente el envite de Montag y entro en meta, bandera española en mano, con la satisfacción del deber cumplido. España había sumado dos medallas en apenas dos horas en los Juegos de París.
