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Cuando Adriana Cerezo tenía 5 años, sus padres recibieron una llamada del colegio. La niña tenía fiebre. Cuando fueron a recogerla no quería marcharse, aguantó la clase hasta el final. Al salir les dijo que estaba bien y que podía ir a taekwondo. "¿Pero mamá, cómo crees que voy a ser la mejor del mundo si no voy a entrenar? Los mejores del mundo entrenan aunque estén malos", recuerda entre risas para MARCA Mai Iglesias, su madre.
"Con cinco años tenía clarísimo que quería ser la mejor del mundo. Cuando su abuela le preguntó qué era el mundo, Adriana contestó: 'Es un globo que tiene dibujos y la gente vive ahí'. No lo tenía claro, pero que iba ser la mejor lo tenía cristalino", rememora.
Con cinco años Adriana tenía clarísimo que quería ser la mejor del mundo.
Mai, al igual que David, el padre de Adriana, acompaña siempre que puede a su hija a los campeonatos. Incluso a los entrenamientos en el Hankuk. Los dos son sus mayores fans y ayer viajaron a París para estar junto a ella en su gran momento. Bueno, ellos y casi otras 20 personas entre familiares, amigos y gente del Hankuk, su segunda familia.
Estamos preparados para hacer cosas muy grandes
Mañana compite en el Grand Palais por la corona olímpica que casi rozó en Tokio. "El oro olímpico es mi obsesión y también es mi objetivo. Lo es en París, pero también lo va a ser Los Ángeles. Y lo fue en Tokio. Desde pequeña he querido ser campeona olímpica, desde que tenía 11 años. Y ahora estamos preparados para hacer cosas muy grandes", asegura.
Quiere la revancha
Esa preparación la ha llevado a cabo en el Hankuk junto a sus entrenadores Jesús Ramal y Suvi Mikkonen. Se entrena allí desde los 11 (tiene 20). "Lo que más nos llamó la atención cuando vino era su ilusión. Es la misma cada día desde entonces y eso no es lo normal", reconoce Mikkonen. "Y si algo no le salía cuando era pequeña, no paraba hasta conseguirlo. No es lo habitual en una niña", añade.
Jesús Ramal, su entrenador, esta vez sí podrá sentarse junto al tapiz para dar instrucciones a su pupila. "Yo la veo mejor que en Tokio. Muy madura y muy consistente. Ahora mismo está al 200% y además se siente feliz porque sabe que está preparada. Está haciendo unas hazañas deportivas que van más allá. Nunca he visto algo así antes", reconoce Ramal al hablar de su pupila, plata olímpica en Tokio 2020, bronce mundialy bicampeona de Europa de -49 kg. entre sus muchos logros. Desde que compite en senior ha ganado el 87% de los combates.
Veo a Adriana mejor que en Tokio, está al 200%
Estar en todas las quinielas de medalla no le asusta, al contrario, la motiva. "Me gustaría repetir final olímpica con Panipak. Cuando me dijeron que con el tiempo la vería de otra forma es mentira. Han pasado tres años y la sigo viendo igual, pero yo confío un poco en que todo pasa por algo. Ahora en París tenemos otra oportunidad para cobrarnos la revancha", asegura.