Han pasado 16 temporadas desde que Ferrari consiguiera lograr su último doblete de campeonatos. Demasiado tiempo para la escudería más laureada de todos los tiempos. Cuando la campaña pasada parecía la idónea para volver a la senda del triunfo, todo se truncó en Australia. El coche que nació como favorito en el Mundial acabó ganando solo cuatro carreras en toda la temporada. Un jarro de agua fría en Maranello.
Como aficionado sueño con que Ferrari luche por el título hasta la última carrera
La época más fructífera de Ferrari en cuanto a títulos se refiere tiene un denominador común: la pareja Schumacher - Luca di Montezemelo. Fueron cinco temporadas consecutivas a las que hay qu sumar el título de Raikkonen en 2007. Si alguien sabe de victorias es el italiano. "Como aficionado, sueño con un Ferrari que no gane siempre, sino que luche por el título hasta la última carrera", explica el ex presidente de la compañía.
La realidad es que el paso atrás de Ferrari esta temporada ha sido sorprendente. La Scuderia ha pasado de ser el equipo que plantó cara a Red Bull en el campeonato a ser el cuarto equipo en el Mundial de Constructores. Un bajón de rendimiento inesperado para muchos. Poco a poco empieza a retomar el vuelo y en Monza serán favoritos a la victoria, pero no parece ser suficiente. "Se puede perder (1997, 1998, 1999, 2008, 2010 y 2012), pero como protagonistas, no como figurantes", afirma Luca Di Montezemelo.
"Celebremos un tercer puesto, como Spa, esto no es como Ferrari y el Viejo (Enzo Ferrari) no lo hubiera aceptado", comenta el ex director del Cavallino Rampante sobre el último podio de Leclerc en el Quotidiano Nazionale.
El futuro de Leclerc
El ex presidente de Ferrari tampoco ha dudado en analizar el futuro más cercano de la compañía. Con las renovaciones de Leclerc y Carlos Sainz en el aire, Luca di Montezemelo no cree que lo más importante sea el piloto: "Es bueno y no creo que haya pilotos libres más fuertes que él. Pero en el presente quién conduce el rojo es el menor de los problemas", comenta sobre Leclerc.
El italiano se inclina por la construcción de un equipo unido que no dependa de las grandes actuaciones de sus pilotos. En la etapa en la que se cosecharon los cinco títulos mundiales consecutivos, el 'Kaiser' no era un solista, sino la parte de un gran grupo: "Como presidente había construido un equipo de ensueño, de Schumi a Todt, de Brawn a Byrne", finaliza Di Montezemelo.