Monza, el trazado más rápido, pero también simple en apariencia. El que requiere menos carga aerodinámica, el que no parece decisivo, pese a rebasarse los 355 km/h, fue el punto de inflexión para Red Bull en 2024, y lo fue precisamente por eso, porque el coche menos complejo de cada año (en lo aerodinámico) les permitió sacar otro tipo de conclusiones.
"Pudimos modificar el suelo del coche y eliminar así algunos problemas de correlación. Esto implicó una pérdida del potencial total del coche, pero mejoramos considerablemente la correlación y muchas características de equilibrio. El paquete hizo exactamente lo que queríamos, por lo que departamento de aerodinámica hizo un muy buen trabajo", afirma Pierre Waché, actual director técnico de Red Bull Racing, tras la marcha de Adrian Newey. Se refiere al momento crucial de 2024, donde Max Verstappen parecía contra la cuerdas, con un sexto puesto en el GP de Italia y cuando Lando Norris estaba lanzado a por el Mundial.
"Esto significaba que nuestra comprensión de los problemas era correcta y nos movimos en la dirección adecuada. No significa que pudiéramos solucionar todo, pero al menos mejoramos mucho las características de equilibrio. Modificamos el suelo y encontramos una gran diferencia en términos de carga, con lo que logramos correlacionarlo mucho mejor con el túnel de viento", revela Waché sobre ese momento cruciel da la temporada.
"Creo que está claro que, cuando tienes un problema de equilibrio y reduces la carga aerodinámica, el desequilibrio subyacente se vuelve aún más dominante para el tiempo de vuelta y en las propias sensaciones del piloto. Esto es especialmente influyente para un piloto como Max, que puede mitigar muchos de esos problemas de equilibrio gracias a su talento. Sin embargo, en un circuito de baja carga aerodinámica (como Monza) se reduce la posibilidad de que un piloto pueda compensar estos problemas", explica Waché en 'Motorsport.com', de forma ilustrativa, para dejar claro que ese coche desnudo de Monza les dio las claves para seguir vivos.
"De alguna forma, ese fin de semana fue muy positivo para nosotros, porque reveló enormemente los problemas que teníamos", recuerda. Desde allí remontaron en muchos aspectos para que Verstappen tuviera un coche con el que defenderse y ganar el Mundial, el cuarto de su carrera deportiva.
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