Un ejemplo y gran orgullo para MARCA

Vivimos en un época en la que el periodismo, especialmente el deportivo, pone en valor a periodistas que se han convertido en personajes y que han pasado a creerse ellos mismos que son la noticia dejando muchas veces en un segundo plano a los deportistas. Parece que hoy en día el mérito está en ser tú quien cuentas la noticia cuando lo importante, en mi opinión, es lo que cuentas y cómo lo cuentas.

Y todo en una época en la que muchas veces da la sensación de que nuestra valía profesional depende del número de followers en nuestras redes, de los likes que acumulemos y de los clicks que generemos. En MARCA tenemos la suerte de tener a José Ignacio Pérez, un tipo discreto que hace un periodismo sobresaliente, buena gente además, trabajador incansable y que nunca busca el aplauso público. No necesita ponerse la bufanda de ningún equipo para brillar, alejado de los insultos y que no tiene la visibilidad de las tertulias televisivas o radiofónicas, pero tampoco la necesita.

La semana pasada, una vez más, fue reconocido su buen hacer con una mención especial en la gala de los AIPS Sport Media Awards, los premios internacionales más prestigiosos del periodismo deportivo, por su reportaje Yo boxeé en Mauthausen. Pepe Nacho, como le llamamos en la redacción, ya fue galardonado en 2019 por Yo jugué al fútbol en Auschwitz.

Y he escrito “una vez más” porque desde hace unos años acumula galardones internacionales y nacionales con la misma humildad que Nadal se coronaba en la tierra de Roland Garros cada año. En silencio, sin necesidad de crear polémica, sin pavonearse en las redes buscando el elogio fácil o quedar por encima de los demás, ha conseguido que su periodismo de calidad hable por él.

Es buen compañero, nunca busca protagonismo y para nosotros es un ejemplo en el que fijarnos cada día, tanto por su forma de escribir como de ser. El gran orgullo de MARCA y, desde luego, nuestro oro olímpico de las letras.