La Cerámica fue el escenario que acogió este miércoles un partido que quedará en el recuerdo de todos los hinchas del Villarreal. Los de Emery se adelantaron en el marcador en el minuto 7 de partido con un gol de Danjuma y fueron capaces de aguantar los 90 minutos del encuentro haciendo frente a todo un Bayern de Múnich. Un resultado de 1-0 que lleva al submarino amarillo con ventaja de cara al partido de vuelta en casa de los alemanes.
Miguel Quintana, Álex de Llano y Adrián Blanco analizaron en 'La Pizarra de Quintana' la victoria de los de Emery (1-0) en el partido de ida de los cuartos de final de Champions League ante el Bayern.
El planteamiento de Unai Emery fue de tener presencia en el campo rival en la presión y un emparejamiento a pares 4-4-2 sin que Gerard y Danjuma quedaran eliminados por ir contra los centrales. Parejo estuvo sobre Kimmich y Capuoe sobre Musiala. Destacables también las actuaciones de Gerard Moreno y Danjuma porque estuvieron muy abiertos en el ataque, algo que claramente se vio en el 1-0. A la par que con Coquelin y Lo Celso jugando por dentro.
Además de buen juego, también hubo determinación emocional del Villarreal. Los de Emery estuvieron enormes en todos los duelos y disputas de balón, ya que en cuanto recuperaban el balón, salían disparados al contragolpe.
Por parte de los alemanes, la presión fue inexistente. No fue capaz de morder arriba como lo ha hecho en otras ocasiones, lo que permitió al Villarreal sumar muy bien sus pases y a fijar en cada uno de ellos.
Foyth, Capuoe y Lo Celso fueron símbolos del plan del Villarreal. Foyth destacó en salida y ganó en duelos a Davies. Capuoe actuó con el sistema de ayudas y estuvo empujando hacia delante. Por su parte, Lo Celso conectó todo y a todos por dentro.
La imagen y lo que transmitió el Bayern es que estaba incómodo y nunca cogía ritmo. Y es que no robaba rápido, tampoco acababa muchas jugadas, no ganaba duelos... En definitiva, apenas se vieron situaciones de uno contra uno y a Lewandowski ni se le notó.
En el segundo tiempo, el Bayern empujó y el Villarreal vivió en campo propio. Hubo por parte alemana más toques en el área, algún desborde... pero no creó peligro constante. Lo mejor fue que el Villarreal siempre logró salir de la situación y no se quedó embotellado.
El cambio más determinante del partido fue es de Pedraza por Coquelin en el minuto 58. Fue una decisión muy acertada porque les sirvió para mantener la solidez defensiva, además de ganar vértigo y velocidad en los espacios porque el Villarreal estaba más atrás. El único problema es que no terminó ejecutando bien.
Una partido de ida de eliminatoria con victoria para los de Emery, pero que aún así todavía deja vivos a los del Bayern de cara a la vuelta en casa alemana.
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