- Real Madrid. El día que Nico Williams reconoció que le gustaría jugar con su ídolo Mbappé
- Athletic. De Marcos llega con honor a la semana de su adiós al fútbol
Hoy, 21 de mayo, era el día que tenía marcado en rojo el Athletic Club. No pudo ser y esta noche en San Mamés estarán Manchester United y Tottenham, pero ni la decepción por no llegar ni la frustración por la forma en la que cayó eliminado debe enturbiar la valoración de la magnífica temporada que ha hecho el conjunto de Ernesto Valverde. Recordemos que el Athletic Club este año volvía a Europa después de 7 años de ausencia. Para que os hagáis una idea, Unai Simón, Dani Vivian, Oihan Sancet o Nico Williams no habían disputado un solo partido europeo en su carrera.
En el fútbol, al igual que en la vida, todo es un proceso. Por mucho talento y calidad que tengas, es difícil saltarse algunos pasos. Y cuando digo pasos, digo derrotas. Derrotas que debes entender, derrotas que debes asimilar y, sobre todo, derrotas de las que debes aprender. Tampoco nos vamos a engañar, el Athletic no va a tener una oportunidad tan perfecta por la situación y el escenario en unas cuantas décadas, pero si sigue trabajando a este nivel por supuesto que va a tener otras oportunidades los próximos años. Y con Ernesto Valverde esto parece garantizado. Porque Valverde en el Athletic es un reloj.
Con ésta son 9 temporadas como entrenador del Athletic, y en este tiempo su peor puesto en Liga ha sido una 9º posición que en ese momento daba a la Copa Intertoto. Que en un club obligatoriamente de generaciones, de ciclos, Valverde siempre haya mantenido al Athletic en la primera parte de la tabla me parece una hazaña. Sobre todo porque luego hay que contar que en ese tiempo ya ha metido al Athletic dos veces en Champions y cuatro en UEFA Europa League. La última de estas clasificaciones a Champions ha parecido hasta funcionarial. El Athletic iba con todo a Europa y mientras tanto en Liga gobernaba la cuarta plaza con mano de hierro. Las rotaciones y la forma en la que Valverde ha gestionado el grupo ha sido quirúrgica.
Para mí todo esto muestra el suelo competitivo de este proyecto, el cual es tan estable como alto. El Athletic ha reaprendido a ganar después de mucho perder. Se siente cómodo compitiendo y ha demostrado que lo de compaginar tres competiciones no es un reto, sino una oportunidad. Por eso creo firmemente que el Athletic Club todavía no ha tocado techo. No sé qué puede significar esto, ganar es muy complicado, pero estoy convencido de que el Athletic puede ser mejor equipo de lo que ya es. Y creo que, irónicamente, ese debe ser uno de los grandes alicientes que utilice el Athletic para garantizar la continuidad del bloque.
Está el sentimiento de pertenencia. Está el poder del vestuario. Está el orgullo de ser único en el mundo. Pero también está la ambición deportiva y en muchos sentidos el Athletic puede seguir alimentándola. No sé qué pasará con Nico Williams y ese interés del Real Madrid del que hoy hablamos en Marca. Tampoco sé qué ocurrirá con otros grandes futbolistas. Pero, aunque hoy no vaya a estar en San Mamés, y por eso hoy sea un día gris en Bilbao, el Athletic Club sigue cumpliendo con su parte del trato.
Comentarios