El desorden político que sigue arrastrando Venezuela tiene ahora como protagonista a España tras el exilio de Edmundo González. El candidato a la presidencia del país sudamericano llegó a Madrid el pasado domingo, 8 de septiembre, gracias a la colaboración del Gobierno para gestionar todos los trámites.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, encabezado por José Manuel Albares, puso a disposición del político un vuelo desde Caracas que aterrizó en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, con una parada previa en las Azores. Edmundo González, junto con su esposa, fue recibido por Susana Sumelzo, secretaria de Estado para Iberoamérica y el Español en el Mundo, y Diego Martínez Belío, secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales.
Las sospechas de la mayoría de los organismos internacionales sobre los comicios vividos hace unas semanas en Venezuela han provocado un gran revuelo. Las actas de la supuesta victoria de Nicolás Maduro no han aparecido. La represión en las calles de las principales ciudades ha sido notable, incluso temiendo por la integridad física del candidato Edmundo González.
El papel del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha sido clave para que el venezolano pudiera salir del país, gracias a un salvoconducto del régimen liderado por Maduro. El objetivo, según las autoridades de Venezuela, es mantener la “paz política” y que haya una estabilidad, tal y como recalcó la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
No obstante, el Gobierno español ha rechazado categóricamente un acuerdo con las autoridades venezolanas alegando que fue una petición individual del propio Edmundo González, como apuntó Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática.
Las implicaciones de la llegada de Edmundo González a España
La incógnita ahora será cómo afecta la llegada del opositor venezolano a territorio español. Para el régimen de Nicolás Maduro se puede tratar de una buena noticia teniendo en cuenta que ya no está en el país la figura que puede acceder a la presidencia, lo que conllevaría una estabilidad interna.
Por otro lado, la comunidad internacional sigue preocupada por la situación de Venezuela, que suma varios opositores en el exilio. Por su parte, España encabeza el papel mediador por sus vínculos históricos con toda la región latinoamericana, que la convierte en un actor principal dentro de la Unión Europea.
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