- Adiós al viejo Elon Musk El magnate se transforma en 'Pepe la rana': "Kekius Maximus"
El Salvador ha alcanzado un mínimo histórico de 114 homicidios en 2024, una cifra impresionante si se compara con los alarmantes 6.656 homicidios registrados en 2015. Gracias a la polémica, pero efectiva estrategia de seguridad implementada por el presidente Nayib Bukele, la tasa de homicidios ha descendido a apenas 1,9 por cada 100.000 habitantes, convirtiendo al país en una de las naciones más seguras de América.
La transformación social y urbana es evidente: ciudades y barrios que antes eran considerados zonas de guerra por el dominio de las pandillas, ahora son espacios donde los ciudadanos pueden caminar libremente y sin miedo.
El punto de inflexión ocurrió en marzo de 2022, cuando Bukele lanzó una ofensiva masiva contra las pandillas que resultó en miles de arrestos y la desarticulación de estructuras criminales históricas. El éxito en materia de seguridad le aseguró a Bukele una reelección, con millones de salvadoreños respaldando su firme estrategia para devolver la paz al país, siendo considerado uno de los presidentes más queridos del mundo por su pueblo.
Elon Musk aboga por el método Bukele en Estados Unidos
El impacto del modelo Bukele ha traspasado fronteras y ha captado la atención de figuras influyentes como Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, quien expresó su opinión a través de Twitter (X): "Esto tiene que suceder y sucederá en Estados Unidos”, algo que puede ocurrir dada la elección de Donald Trump, siendo Musk codirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental de la Casa Blanca.
El comentario del magnate ha generado un intenso debate en redes sociales y medios estadounidenses, donde la criminalidad y las políticas de seguridad pública son temas más que controvertidos, sobre todo después del atentado vivido en New Orleans.
El modelo anti-crimen de Nayib Bukele, conocido como el 'Plan Control Territorial', se basa en la militarización y control territorial, con el despliegue de fuerzas policiales y militares en zonas controladas por pandillas, y un control estricto en cárceles para evitar que los líderes delincuenciales operen desde su interior.
Además, mediante el estado de excepción, se han suspendido temporalmente ciertas garantías constitucionales, permitiendo arrestos masivos sin orden judicial. Paralelamente, el plan incluye programas sociales y económicos para ofrecer oportunidades de educación, empleo y desarrollo a jóvenes en riesgo, disminuyendo su vulnerabilidad ante las pandillas.
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