La misión OSIRIS-REx de la NASA regresó del espacio 60 años después con una muestra de un asteroide llamado Bennu, similar al que hizo llover rocas sobre Revelstoke y continúa brindando información revolucionaria que redefine nuestra comprensión de la historia de la Tierra y su conexión con el universo.
Los investigadores del Centro Espacial Johnson de la NASA identificaron sales y minerales hidratados, incluidos compuestos de magnesio y sodio, que reflejan los perfiles químicos de entornos salinos terrestres bien conocidos, como el Gran Lago Salado de Utah y el Mar Muerto. Este asombroso descubrimiento sugiere que el cuerpo progenitor de Bennu puede haber experimentado interacciones significativas con el agua, lo que sugiere procesos similares a los de la Tierra primitiva.
Un hallazgo que podría cambiar la historia de la Tierra
Los científicos han confirmado la presencia de moléculas orgánicas en la superficie del asteroide cercano a la Tierra, Bennu abriendo la puerta a que la vida en la Tierra surgió de orígenes cósmicos. Es decir, según insinúa Nicky Fox de la NASA nuestros libros de texto sobre los orígenes del sistema solar ya están siendo reescritos. Los hallazgos sugieren que los elementos cruciales para la vida pueden no haberse originado en la Tierra, sino que viajaron a través de la vastedad del espacio.
El agua de la Tierra, ¿vino del espacio?
Las próximas investigaciones se centrarán en los análisis isotópicos para rastrear el origen del agua asociada a estas sales. Si las huellas isotópicas coinciden con las que se encuentran en los océanos de la Tierra, esto ofrecería un respaldo convincente a la idea de que el agua de la Tierra tiene orígenes extraterrestres.
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