Tremendo susto el que se han llevado en Indonesia después de que una nave espacial de la Unión Soviética se precipitase sobre la Tierra, cayendo en el océano Índico, a pocos kilómetros de la costa. Eso sí, no era un artefacto actual, ya que se trataba de un lanzamiento fallido a Venus del año 1972.
La Agencia de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea confirmó su reingreso sin control, pero sin saber exactamente dónde caería, aunque finalmente no causó ningún daño.
Se trataba de la nave espacial Kosmos 482 que formó parte de una serie de misiones con destino a Venus, por lo que estaba hecha de un material muy resistente al calor, ya que este planeta es el más cálido del sistema solar, pero una avería en el cohete impidió completar la misión, abandonando la nave en el espacio.
Parte de la nave cayó sobre la Tierra unos 10 años después de ser lanzada, pero otra parte quedó orbitando, cayendo en pleno 2025, casi medio siglo después.
La contaminación espacial, un problema creciente
Y es que, este es un problema que muchos países están empezando a contemplar, ya que científicos y expertos militares no pudieron determinar cuándo y dónde caería, causando una gran incertidumbre.
Hasta el sábado por la mañana, el Comando Espacial de Estados Unidos aún no había confirmado la desaparición de la nave espacial mientras recopilaba y analizaba datos desde la órbita. Al final cayó sin control ninguno, causando un grave peligro, ya que no iba a hacerlo sobre el océano Pacífico, mucho más extenso que el Índico.
Los funcionarios de la ESA (Agencia Espacial Europea) señalaron que, aunque la amenaza inmediata para la vida humana es baja, el efecto acumulativo de impactos podría representar un peligro a largo plazo. Esta preocupación va más allá de los impactos físicos, ya que los contaminantes liberados durante la reentrada pueden dañar la capa de ozono y contribuir al cambio climático.
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