El programa de Cuatro ‘First Dates’ ha estrenado un nuevo formato, el ‘First Dates Folklore’, en el que juntan a varias parejas de diferentes regiones de España ataviadas con el traje típico de cada una de ellas.
En esta ocasión, una de las citas fue la de Juan y Conchi, pero terminó de la peor manera posible. Él se presentaba así: "En la ofrenda de flores cuando veas a alguien saludando, tienes que saber que ahí viene Juan, el peluquero. Soy como la fallera mayor que siempre voy saludando”.
"Las fiestas de Valencia son todas espectaculares, todas tienen colorido. Soy muy fan de la elegancia, he sido peluquero y como tal tengo imagen y hay que cuidarla. Cuando me ponen la mano encima quiero que me pongan la carne de gallina”, ha explicado sobre lo que quiere de una mujer.
Sin embargo, ella no acabó nada convencida con la cena, a pesar de que llegó llena de energía: “Lo mejor de Murcia es el clima, la gastronomía y la gente que es muy acogedora. La mujer murciana es difícil conquistarla, no es tan abierta. Una cosa es conectar y caerle bien, otra cosa es conquistarla y ganarte su corazón", destacó
Él quedó encantado al verla entrar en el restaurante: “Es una mujer, muy mujer. Me la llevaba al huerto, pero fijo. Yo la veo elegante, si compenetrásemos estoy seguro que la gente se giraría para mirarnos", de hecho, a ella también le gustó: "Es un hombre proveedor, me gusta eso".
Conchi, le deja las cosas claras a Juan: “Me voy a mi huerto”
Nada más comenzar a hablar, Conchi sintió que Juan no era lo que buscaba: "Reúne el perfil de un valenciano porque es un poco chuleta y egocéntrico". Posteriormente el soltero definía su idea del amor: "Yo no soy un facilongo, soy selectivo. No soy de esas personas que conoce a una chica de una noche y me enrollo. Si me enamoro, entrego todo. Si no me enamoro no tengo relaciones".
"Es muy antiguo, hoy en día y a esta edad te vas a la cama si te gusta la persona", señaló ella, a lo que el valenciano respondió: "Tú necesitas una persona que te rebaje", esto no gustó a la murciana y lo dejó claro: "Cuando tengo interés en algo, cuido mis palabras. Sobre todo, en una primera cita, porque un gesto lo puede arruinar todo".
"Tener iniciativa no es mandar. Transmitir autoridad y seguridad no es rebajarte", trató de defenderse ella, pero Juan seguía en sus trece: "Las mujeres no sabes el día de la ovulación, como aquel que dice, como las vas a pillar. Las tratas de señora o las tratas de reina y es que no sabes cómo decirle".
Al pagar, él ha querido ser un caballero, o eso decía, pero no salió como esperaba, ni la decisión final: "Hemos tenido un encontronazo en la forma de pagar. Ha sido un malentendido, te pagaría 100.000 cenas. Soy un caballero y buscaba una mujer como tú. Contéstame si tendrías una segunda cita, con lo que te salga del corazón", pero ella lo tenía claro: "La verdad es que no. Me voy a mi huerto".
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