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Hay algunos juegos, muy pocos, que justifican la compra de una videoconsola, quizás en detrimento de otra. Son títulos o sagas que fidelizan a los jugadores, que les enamoran y les atan a un mando, un símbolo y un catálogo. Los exclusivos son las grandes bazas de cada modelo de consolas para ganarse su propio público. Al fin y al cabo ¿cómo se distinguirían si no? Repasamos los 10 mejores de las tres últimas generaciones.
10. Bayonetta 2 / Wii U (2014)
Aunque Wii U fue un sonoro fracaso para Nintendo, algunos de sus títulos exclusivos fueron verdaderas joyas que han trascendido más allá de las fronteras de la plataforma para la que fueron lanzados en origen. Quizás el más icónico fue la continuación de Bayonetta, que elevó al género trilladísimo del Hack n' Slash a un nivel excelso, casi perfecto. Pocas veces se ha visto un sistema de combate más divertido, estéticamente llamativo y sencillo de comprender, aunque complicado de llegar a dominar.
9. Super Mario Odyssey / Nintendo Switch (2017)
El lanzamiento de Switch necesitaba de un Super Mario memorable y Odyssey cumplió y superó las mejores expectativas. Nuestro fontanero favorito regresó con los mejores gráficos de la larguísima historia de la saga, y dentro de un verdadero mundo abierto con nuevas mecánicas de juego. Destacó el uso de su gorra y el control de enemigos, lo que amplió notablemente el número de habilidades a emplear, evitando la tan temida repetición.
8. God of War: Ragnarok / PlayStation 5 (2022)
Es dificilísimo escoger un solo juego en una de las sagas con menos bajones en cuanto a la calidad de sus sucesivas entregas, pero nos quedamos con la última entrega; God of War: Ragnarok.El épico final de la historia de Kratos es uno de los títulos más redondos que se han hecho jamás. Tanto su historia, como su desarrollo casi cinematográfico, su sistema de juego y cada uno de los detalles rozan la perfección. Destaca especialmente un sistema de combate, ágil rico, variado, bastante sanguinario y extremadamente divertido.
7. Halo 4 / Xbox 360 (2012)
De entre las numerosas entregas del más longevo y famoso exclusivo de Xbox, nos quedamos con la última que salió para Xbox 360, aunque sea bastante complicado escoger porque hay muchos títulos sobresalientes. Para el retorno del Jefe Maestro se optó por un cambio radical, de estudio y de estilo con Halo 4, que le dio un impulso muy necesario a una saga que estaba yendo hacia abajo lenta, pero inexorablemente. Nuevos enemigos con una IA muy superior a cualquier juego de la competencia y un multijugador excelente en cuanto a opciones y ejecución de las mismas fueron sus puntos fuertes.
6. Horizon Zero Dawn / PlayStation 4 (2017)
El apabullante espectáculo visual de este título fue lo que primero destacó de HZD, pero no lo único. Porque tras un envoltorio muy cuidado, que sacaba el máximo del potencial técnico de la anterior versión de PlayStation, se asomaba un título con una jugabilidad espectacular, una historia más que entretenida y un mundo abierto con amplias posibilidades. Las aventuras apocalípticas de Aloy en un mundo salvaje y controlado por una especie de dinosaurios metálicos se convirtieron en un éxito instantáneo.
5. Gears of War 2 / Xbox 360 (2008)
Toda la saga mantiene un gran nivel en general, pero probablemente fue su segunda entrega la que consagró a este título como uno de los esenciales para Xbox 360. Una de sus grandes novedades fue la mejora de las opciones para jugar online, en especial la introducción del modo horda. Mucho de lo que hemos visto después en los FPS tiene su origen en este juego creado por Epic Games. Por ejemplo, un revolucionario sistema de coberturas, que incrementaron la vertiente estratégica de GoW, sin perder ni un ápice de velocidad y sangre.
4. Quantum Break / Xbox One (2016)
Sin duda, este título fue el proyecto audiovisual más ambicioso de todos los que puso en marcha la anterior generación de Xbox. Se trataba de un juego y una serie que se complementaban y que tenían la opción de 'elige tu propia aventura' para desarrollar una historia distinta en la que cada decisión acarrea consecuencias. Quantum Break fue una apuesta con un notable riesgo y salió sorprendentemente bien. El juego era un buen desafío y la impecable factura narrativa del hilo conductor hacían que quisiéramos avanzar sin parar para ver el/los desenlace(s).
3. The Last of Us / PlayStation 3 (2014)
Podríamos haber optado por alguno de los trabajos de Naughty Dog en la saga Uncharted, pero nos hemos decantado por el primer capítulo de The Last of Us. Su diseño artístico digno del mejor film y las increíbles interpretaciones de los actores de los dos protagonistas supusieron una verdadera revolución narrativa nunca antes vista en el mundo del videojuego. El desarrollo del juego te mantiene en una frontera entre la acción y el desasosiego por la tensión constante tanto de la historia, como de la propia mecánica de un juego en el que cada detalle está minuciosamente creado.
2. Marvel's Spiderman / PlayStation 4 (2018)
Con los juegos de superhéroes pasaba lo mismo que con las películas; hasta hace muy poco, la inmensa mayoría eran títulos perfectamente prescindibles. Batman fue la excepción en ambas esferas, hasta que Marvel encontró la fórmula del éxito (más en taquilla que en consolas por el momento). Con Spiderman, Insomniac logró reflejar a la perfección la diversión puramente marvelita de un personaje como el trepamuros e implementó un sistema de juego, movimiento y batallas tremendamente entretenido y que no caía en el pecado de la repetición.
1. The Legend of Zelda: Breath of the Wild / Nintendo Switch (2017)
Puede que Tears of Kingdom acabe superando a BotW en los ránkings de los mejores juegos, pero es difícil que igual el impacto que tuvo su predecesor, el primer gran exclusivo que nació junto a la Switch. Sin necesidad de un uso apabullante de los recursos técnicos, sus creadores lograron un diseño y unos gráficos preciosos, además de una jugabilidad marca de la casa. Pero quizás lo más importante de todo es que Hidemaro Fujibayashi y Eiji Aonuma cambiaron el concepto de mundos abiertos desde mapas con cierta linealidad, hasta un verdadero mar de posibilidades casi infinitas, sin necesidad de seguir ningún tipo de orden, pero con innumerables desafíos cada muy pocos pasos.
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