El Real Madrid no se rinde y busca el imposible ante el Barcelona

El Real Madrid intentará salvar este martes (21.00 h) el primer 'match ball' ante el Barcelona, que domina la final por 2-0, una ventaja que nunca nadie logró remontar en la historia de la ACB. En las 16 finales en las que un equipo arrancó con esa ventaja acabó conquistando el título. Nueve de ellas por 3-0, cuatro por 3-1 y tres por 3-2.

Pinta mal para los blancos, que aún así no creen en imposibles. Lo fían todo al amparo de sus aficionados, que abarrotarán el WiZink Center, y sobre todo al ADN del club de no rendirse nunca y luchar hasta el final. Lo demostraron esta temporada al convertirse en el primer equipo de la historia de la Euroliga que remontaba un 0-2 en los playoffs de cuartos de final.

El precedente del Partizán en la Euroliga

El rival fue el Partizán y el quinto encuentro lo disputaron ante su público, pero fueron capaces de ganar dos partidos en el infierno del Stark Arena con 20.000 gargantas bramando contra ellos. Luego se cargaron al Barcelona en semifinales y al Olympiacos en la final para conquistar la Euroliga. Eso sucedió hace justo un mes y a ese precedente se aferran ahora. En el mejor de los casos, si ganan los dos partidos en su cancha, se jugarían el título el domingo en el Palau Blaugrana, que no es el Stark Arena, pero casi. Un escenario donde a los árbitros, no pocas veces, les ha temblado el silbato.

Sergio Llull, que tuvo en su mano igualar la serie en el segundo partido pero erró el tiro sobre la bocina presionado por Satoransky y Mirotic, es uno de los que no cree en imposibles: "Cuando vistes esta camiseta, rendirse no es una opción. Creo que todo el mundo lo tiene claro. Vamos a dar el máximo para intentar ganar ese tercer partido y poder jugar el jueves el cuarto", asegura. "Es una final y vamos a intentar hacer un buen partido, jugar nuestras bazas para llegar al final con opciones, y luego ya pensaremos en el jueves si ganamos"

Cuando vistes esta camiseta, rendirse no es una opción. Creo que todo el mundo lo tiene claro

Sergio Llull (Jugador del Real Madrid)

El hecho de que nadie haya remontado nunca un 2-0 no obsesiona al menorquín ni a su equipo: "Debemos ir paso a paso. Las estadísticas no juegan a favor nuestro pero nos debemos centrar en este partido, intentar jugar un buen choque ante nuestra afición y tratar de seguir adelante. Ganar y después pensar en el siguiente".

Tampoco a Chus Mateo, entrenador del conjunto blanco, le importa demasiado el hecho de que ningún equipo haya remontado un 2-0 en una final de Liga: "No me dice nada. Los datos son para romperlos. Alguna vez se rompen. Intentaremos hacer un buen baloncesto y pensar en el siguiente partido. Ahora mismo sólo nos centramos en el tercer partido y en sacarlo adelante".

No me dice nada. Los datos son para romperlos. Alguna vez se rompen

Chus Mateo (Entrenador del Real Madrid)

Enfrente el entrenador del Barcelona, Sarunas Jasikevicius, tampoco quiere euforias antes de tiempo pese a la ventaja de su equipo, determinante según todos los precedentes: "Este será otro partido. Hay que pensar en los detalles, que a estas alturas deciden los partidos. El rival es otro equipo que tiene mucho orgullo, jugará delante de su publico y nos pondrá las cosas difíciles", explica.

Por lo visto hasta ahora en los dos primeros partidos de la final, el Madrid deberá mejorar en defensa si quiere tener opciones de alargar la serie. Satoransky y sobre todo Laprovittola están encontrando con mucha facilidad a Vesely, letal desde cuatro metros cuando Tavares o Poirier van en la ayuda de su base. Y Mirotic está marcando diferencias en los momentos críticos para su equipo. Siempre aparece y ni Yabusele, muy blando en defensa, ni Hezonja actuando de '4' han podido menguar su producción.

Los blancos echan de menos a Musa

Y en ataque los blancos están echando de menos la aportación de Dzanan Musa, un anotador compulsivo que está rindiendo muy por debajo de su nivel habitual. En el primer partido firmó 5 puntos (1/3 t2 y 1/1 t3) y en el segundo 2 puntos (1/4 t2 y 0/3 t3). Al bosnio le está temblando el pulso en los partidos más importantes. Ya en la semifinal de la Euroliga ante el Barça anotó 7 puntos (2/6 t2 y 0/2 t3) y en la final ante el Olympiacos sólo 6 (0/1 t2 y 2/4 t3).

Mal asunto para su equipo, que tampoco está encontrando puntos de Yabusele y está dependiendo demasiado de Tavares, con el riesgo que ello conlleva los días que se carga (o le cargan) pronto de faltas, como en el segundo. O de las rachas de Hezonja, de Llull o de la asombrosa capacidad de Sergio Rodríguez para desatascar a su equipo cuando se les hace de noche en ataque. Poca cosa ante un Barça que en el primer partido tuvo a siete jugadores en dobles dígitos, y en el segundo a cinco. En lo colectivo los azulgranas van por delante. Al menos hasta ahora.