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Si hace un mes, alguien hubiera apostado a que Portugal, flamante semifinalista, iba a dejar fuera del Mundial a Noruega, Suecia, España y Alemania, se hubiera llevado una buena suma de dinero. Brasil, por su parte, no le ha ido a la zaga convirtiéndose en la primera selección sudamericana en llegar a cuartos. Y es que en una disciplina tan jerarquizada como el balonmano, que cualquier selección ajena a la élite habitual dé el salto al grupo de los mejores es siempre noticia.
Lo fue en los Juegos de Seúl 1988, cuando la anfitriona Corea de Sur logró una sorprendente medalla de plata, y lo fue en el Mundial de 2015, cuando la también organizadora Qatar, con un gran número de nacionalizados, disputó el oro a la todopoderosa Francia en la final. En ambos casos, no hubo la continuidad necesaria y el balonmano regresó al statu quo habitual, con la ‘exótica’ Egipto como única alternativa a las grandes dominadoras del Viejo Continente.
Para mí uno de los secretos de Portugal es que juegan como un equipo más que como una selección
Así ha sido hasta este Mundial, en el que dos países que comparten idioma e ilusiones han levantado la voz. En el caso portugués, el desarrollo de su selección ha sido parejo al de sus clubes. De hecho, sólo tres de sus mundialistas juegan fuera de sus fronteras, con el barcelonista Luís Frade como mascarón de proa. El Oporto, el Benfica y el Sporting de Portugal, las tres grandes entidades del panorama deportivo luso, apostaron hace tiempo por el balonmano y ahora juegan de tú a tú ante cualquier rival.
El Sporting está brillando esta temporada en la Liga de Campeones y el Benfica ganó la Liga Europea –la segunda competición en importancia- hace tres años. Esto explica los éxitos de su selección en categoría inferiores, con dos platas continentales sub’20 en 2022 y 2024, con el extraordinario Kiko Costa, de sólo 19 años, como figura más destacada.
“Kiko será uno de los mejores del mundo en el futuro pero no nos olvidemos de Salvador Salvador, Rui Silva y Miguel Martins –central del Aalborg danés que se ha perdido el Mundial tras dar positivo en un control antidopaje-. Para mí uno de los secretos de Portugal es que juegan como un equipo más que como una selección”.
El que así opina es Jorge Silva, un exinternacional luso que ha desarrollado casi toda su carrera en España y que, a sus 35 años, acaba de incorporarse al BM Caserío Ciudad Real de la División de Honor Plata. “La clave del gran salto del balonmano portugués fue la nacionalización de jugadores cubanos como Alfredo Quintana –fallecido en 2021 tras sufrir un infarto-, Alexis Borges, Daymaro Salina y Victor Iturriza. Nos aportaron una calidad en defensa que no teníamos”, rememora Silva.
La Andebol 1 –liga lusa- es tan competitiva que apenas te puedes relajar y hay que dar el do de pecho en cada duelo. Eso, por ejemplo, no pada en España por el dominio que ejerce el Barcelona
El lateral derecho pone también en valor el trabajo de muchos técnicos extranjeros, entre ellos los españoles Jota González, entrenador del Benfica, y Chema Rodríguez, ex de las ‘Águilas’ y actual seleccionador húngaro. Fueron ellos, junto a figuras como el sueco Magnus Andersson, técnico del Oporto, los que han convertido la liga lusa en una de las más competidas y atractivas de toda Europa.
“En la misma medida que llegaban técnicos de otros países, recalaban jugadores extranjeros por lo que los portugueses tenían que subir su nivel si querían tener sitio en los mejores clubes. La Andebol 1 –liga lusa- es tan competitiva que apenas te puedes relajar y hay que dar el do de pecho en cada duelo. Eso, por ejemplo, no pasa en España por el dominio que ejerce el Barcelona”, explica Silva, que no tiene duda de que su selección estará entre las mejores en los próximos años: "Hemos llegado a la élite para quedarnos".
Jordi Ribera el 'brasileño'
“No me despedí de la selección de la manera que me hubiera gustado. Mi adiós tras Tokio 2020 fue un poco vacío y triste”, rememora Felipe Borges, el jugador con más internacionalidades (228) y goles (801) en la historia del combinado brasileño.
A sus 39 años, el extremo izquierdo paulista apura los últimos sorbos de su exitosa carrera en el modesto Balonmano Ingenio canario, donde prepara su asalto a los banquillos para, en un futuro, dirigir a otros equipos de primer nivel y, por qué no, a Brasil.
Gran parte del actual éxito se lo debemos a Jordi Ribera. Fue él quien dio a conocer el balonmano brasileño a nivel internacional y abrió las puertas de Europa a muchos de nuestros jugadores
Por tanto, pocas voces tan autorizadas como la de Borges para explicar el gran rendimiento de su selección en este campeonato. “Cuando yo llegué al balonmano español en 2007 apenas éramos tres o cuatro brasileños en toda Europa. De hecho, había más argentinos. Nos faltaba calidad en muchas posiciones, sobre todo en la portería, que en nuestro deporte es crucial”, explica el ex jugador de Ademar León, entre otros muchos equipos.
“Para mí, la clave del crecimiento de nuestro balonmano pasa sobre todo por la cantidad de jugadores que tenemos ahora en ligas muy potentes –sólo cuatro de los mundialistas permanecen en Brasil-. Eso nos permite rotar sin que se resienta el nivel de nuestro juego y podemos ser competitivos los 60 minutos, algo que no pasaba antes. Además nuestra portería está teniendo un rendimiento muy alto de la mano de Rangel (da Rosa), ayudado por una gran defensa”, analiza Borges, que destaca también la figura de Jordi Ribera.
La clave del crecimiento de nuestro balonmano pasa sobre todo por la cantidad de jugadores que tenemos ahora en ligas muy potentes. Eso nos permite rotar sin que se resienta el nivel de nuestro juego y podemos ser competitivos los 60 minutos
Y es que el actual seleccionador español dirigió a la selección brasileña en dos etapas (2005-2008 y 2012-2016), haciendo un trabajo ímprobo que está dando al fin sus frutos. “Gran parte del actual éxito se lo debemos a Jordi. Fue él quien dio a conocer el balonmano brasileño a nivel internacional y abrió las puertas de Europa a muchos de nuestros jugadores”, reseña Borges, que pide no bajar la guardia.
“Necesitamos más clubes y más patrocinio y que la prensa y las redes sociales nos presten atención de forma regular aunque los resultados no sean tan buenos como en este campeonato. Aún recuerdo el ‘boom’ con el oro mundial de las chicas en 2013. Tras aquello no hubo un cambio real a la hora de trabajar con la base y al final vuelves al punto de partida”, avisa el brasileño.
Italia, ¿la futura potencia?
La selección italiana ha sido otra de las sorpresas del Mundial. Tras 28 años de ausencia, ha sido capaz de superar la fase preliminar ganando a Túnez y Argelia y soñar con los cuartos tras derrotar a la República Checa en la Main round, antes de perder ante Alemania y Suiza. Zupo Equisoain, director general del REBI Cuenca, ex seleccionador italiano y entrenador del Raimond Sassari de la Liga transalpina la pasada campaña, analiza su evolución para MARCA.
“El balonmano italiano está en una fase emergente. Desde el Mundial de Kumamoto (Japón) en 1997 y el Europeo del siguiente año en su país, no habían jugado ningún evento importante pero ahora están en un buen momento porque tienen a muchos jugadores en ligas más potentes como la alemana y la sa y la local está subiendo su nivel. Esto quedó patente cuando superó con claridad a Montenegro en la eliminatoria clasificatoria para el Mundial y, más recientemente, ganando a Serbia y perdiendo de un gol ante España en la fase clasificatoria del Europeo de 2026”, explica Equisoain.
El balonmano italiano está en una fase emergente. Tienen a muchos jugadores en ligas más potentes como la alemana y la sa y la local está subiendo su nivel
“Su balonmano es tan efervescente como creativo porque los jugadores que están fuera han alcanzado su madurez competitiva y se están complementando muy bien con los que siguen en la liga local, así que es muy probable que les veamos también en la cita continental del próximo año”, añade el exentrenador del Portland San Antonio, equipo en el que logró tocar la gloria.
“Este Mundial lo han jugado bastante bien porque han ganado a los que tenían que ganar y han perdido con los que debían hacerlo. Confío además en que van a seguir mejorando e irán hacia arriba, por los que seguramente les vamos a ver habitualmente en las grandes competiciones a partir de ahora”, finaliza el técnico navarro.
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