La práctica de una comunicación asertiva nos permite expresar nuestros derechos y necesidades, respetándonos a la vez que respetamos y valoramos otros puntos de vista.
Si hacemos uso de una comunicación asertiva, estaremos cuidando la relación con uno mismo y con los demás.
Lo cierto es que muchas veces la teoría puede parecer sencilla, pero la práctica no lo es tanto, pero, ¿por qué a algunas personas les cuesta ser más asertivas que a otras?. Sonia Díaz, coach especializada en Gestión de la Ira y Eneagrama, responde a esta pregunta en una entrevista para MARCA:
Una veces pecaremos por exceso:
Cuando hacemos respetar nuestros derechos sin tener en cuenta los derechos de los demás y tendemos a alzar el tono de voz y exigir, por ejemplo, que se haga lo que queremos, cuando queremos.
Otras veces pecaremos por defecto:
Cuando respetamos los derechos de otras personas dejando a un lado los propios, optando por quedarnos callados para evitar un conflicto, aunque estemos bien molestos.
¿A quién no estamos respetando en cada una de estas situaciones? ¿A uno mismo? ¿Al resto de personas?
En ambos casos no estaremos siendo asertivos.
La asertividad no debe dejar de lado el propio respeto, el respeto a uno mismo.
Además de esto, es importante recordar que, aunque exista equilibrio, el resultado de una comunicación asertiva depende de otras partes además de la nuestra.
Pero... que no cunda el pánico.
La buena noticia es que, aunque la práctica no resulte tan sencilla como nos gustaría, comunicarse de manera asertiva se puede aprender y, lo que es mejor, entrenar cada día.
Y también podemos tener en cuenta algunos aspectos que hacen que nos cueste más ser asertivos.
Estas son algunos puntos a tener en cuenta:
> Eres muy directo y dices las cosas sin filtro.
Procura preparar antes lo que quieres decir para expresarlo de la mejor manera posible, evitando dañar o molestar a esa otra persona.
Evita decir lo primero que te pase por la cabeza.
> Centras tu atención en hablar y no escuchas lo suficiente.
Para que la comunicación sea asertiva, además de expresarte tú, es importante que aprendas a escuchar con verdadera atención. Así serás más capaz de comprender y tener en cuenta otros puntos de vista.
> Dejas temas sin resolver, que para ti son importantes.
Ya sea por miedo a generar un conflicto o a ser rechazado. Cuanto antes se traten mejor y siempre desde la calma. De este modo, tendrás más posibilidades de encontrar una solución o llegar a un acuerdo, evitando que se convierta en un tema recurrente.
> Te cuesta decir "No" cuando realmente es necesario y conveniente.
Estás consintiendo aquello que realmente no es de tu agradado. En estos casos, puedes empezar por entablar un propio diálogo asertivo contigo mismo, para empezar respetarte y atreverte a decir que "No" de vez en cuando.
> Evitas emitir críticas y dar , aunque éste sea constructivo y solicitado.
Seguramente te cueste creerlo, pero más gente de la que piensas está deseando conocer tu opinión.
> Te cuesta compartir tu propia opinión y tus preferencias y, te adaptas a las de los demás, aunque no te guste o no te parezca bien.
Si no te atreves a pedir lo que quieres, no estarás permitiendo que la gente te conozca y seguro que están deseando saber qué es eso preferido para ti o eso que tanto te gusta.
Comentarios