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Un reciente estudio publicado por el Instituto de Economía Laboral (IZA) de la Universidad de Bonn, Alemania, ha generado controversia al sugerir que, en ciertos contextos históricos, la cerveza podría haber sido una opción más segura para el consumo humano que el agua. Según los investigadores, las propiedades antisépticas del alcohol presente en la cerveza podrían haber contribuido a mejorar la salud pública en épocas pasadas.
Beneficios potenciales de la cerveza
Además de su papel histórico como alternativa al agua, el estudio también menciona algunos beneficios potenciales del consumo moderado de cerveza en la actualidad. Entre ellos se encuentran:
- Reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas: algunos estudios sugieren que el consumo moderado de cerveza podría estar asociado con una menor incidencia de enfermedades como el Alzheimer.
- Efecto diurético: la cerveza puede ayudar a aumentar la micción, lo cual es beneficioso para eliminar toxinas del cuerpo y prevenir cálculos renales.
- Mejora de la circulación sanguínea: se ha observado que un consumo moderado puede contribuir a una mejor circulación sanguínea y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Contenido nutricional: la cerveza contiene vitaminas del grupo B (como niacina y ácido fólico) y minerales (como magnesio y potasio). Las cervezas artesanales suelen tener un mayor contenido de antioxidantes, como flavonoides y polifenoles.
La cerveza como alternativa segura
El informe destaca que durante el siglo XVIII, las condiciones de higiene y calidad del agua eran muy diferentes a las actuales. En ese tiempo, el agua podía estar contaminada con microorganismos perjudiciales para la salud. Los investigadores explican que "el alcohol mataba muchos microorganismos perjudiciales, lo que hacía que beber cerveza fuera más seguro que consumir agua".
Aunque la población no reconocía explícitamente esta ventaja, el consumo de cerveza habría representado una mejora involuntaria respecto al agua contaminada.
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