Pues Rafa Nadal ha perdido. Y nosotros también, porque el mundo del deporte es colectivo. A Rafa no le gustan las excusas. Huye de los tópicos y no tiene miedo de actuar y afrontar las consecuencias como su rifirrafe, a mi juicio poco afortunado, con Thomas Berdych en el Masters Series de Madrid. Se dio una doble circunstancia: Rafa no pudo jugar bien y su rival lo hizo excelentemente. Estaría por ver si hubiera podido hacerlo igual en caso de que Rafa hubiera podido desenvolverse al ciento por ciento, pero eso no lo sabremos nunca.

 

 

Aunque probablemente sí, porque este Fernando González es un muy buen jugador, que pasó de ser conocido casi exclusivamente por ser el más duro pegador del circuito a convertirse en un jugador que si bien basa su juego en su formidable derecha, ahora es mucho más completo y eso se traduce en sus resultados. No colecciona aún demasiados títulos, pero de momento sí finales. Al final, tuvo razón González al desear que Nadal y Murray jugaran cinco sets y se agotasen.

 

 

 

En fin. Rafa ha perdido y tiene tres o cuatro días extras de descanso que le vendrán bien para la Copa Davis. Habrá quien quiera analizar esta derrota y hacer mil exégesis de ella. No merece la pena, salvo para el propio jugador y su equipo. Un número uno suele perder en torno a una decena de partidos por temporada (algunos han perdido menos a veces como Federer, McEnroe, Lendl o Borg, pero son excepciones) y Rafae está a ese nivel. Además, va a salir desde Open de Australia mejor de lo que entró en el ranking. Federer, por el contrario, cederá algunos puntos si no gana. Nada grave.

 

 

 

Por cierto que mientras esta mañana veíamos el partido algunos compañeros me han hecho notar el apoyo del público australiano a González. Enlaza con lo que comentamos hace unos días: al público que ve un partido le gusta ver una sorpresa (otra cosa es que al de al día siguiente no le haga tanta gracia no vera la estrella) aparte de que el chileno se lo estaba ganando con su juego. A quien piense lo mismo, le recomiendo que sea un poco menos suspicaz, que cuando un español juega un partido, no lo hace contra el mundo entero y parte del extranjero, que tan lícito es apoyar a ‘otro’ fuera igual que lo hacemos aquí en casa. Y además, que un jugador debe estar preparado para hacer frente a esa circunstancia.

 

 

 

En fin. El primer Grand Slam se va a acabando. El título femenino se lo van a disputar Sharapova, Clijsters, Serena Williams y Vaidisova. Inevitablemente, los ojos de todos estarán fijos en Serena, a ver si tras muchos meses de parón puede volver, directamente, a situarse entre las grandes. De momento parece que sí.