Comenzaron los octavos de final. Resultados esperados pero desarrollos diferentes: Alemania ganó bien, con autoridad, a un equipo que ha decepcionado bastante. En cambio, el Argentina-México fue mucho más atractivo. La primera prórroga y el primer favorito al que le rondó el desastre. Confieso que yo tenía mis dudas iniciales sobre Argentina. No sobre la calidad de sus jugadores, por supuesto, sino sobre su capacidad para conjuntarse, aunque tener a Pekerman en el banquillo siempre es una garantía. Si durante la primera fase conjuraron las dudas, ahora un equipo luchador como México las ha vuelto a despertar, y eso en vísperas de un enfrentamiento ante los anfitriones alemanes en el Olímpico de Berlín. En cuanto a México, siento su eliminación. Tenía simpatías por su equipo y por su entrenador, LaVolpe, porque cuando una persona cumple bien con su labor y es objeto de críticas por aspectos secundarios, merece solidaridad. A LaVolpe muchos le criticaban por llevar nacionalizados a la selección y por no ser él mismo mexicano de nacimiento, pero da la sensación de que las críticas partían en realidad de quienes quieren ser califa en lugar del califa, como en aquel tebeo. Uno de los criticaban era el gran Hugo Sánchez, que cada vez que viene a España pregona a los cuatro vientos que la ilusión de su vida es sentarse en el banquillo del Real Madrid, pero con poco provecho por lo que se ve, porque el suyo es uno de los pocos nombres que no han sonado para el cargo con esto de las elecciones y varios candidatos compitiendo a ver quién dice el nombre más gordo.
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Mundial Alemania 2006
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