Supongamos que España no hubiera conseguido el pase al Mundial 2010 a la primera y tuviera que jugarse la repesca la semana que viene o cuando sea ante Bosnia, Ucrania, Bélgica, Dinamarca o similar. Imaginemos que Fernando Torres, Riera o Cesc se lesionan con su club. Imaginemos que tras una primera recuperación fuerza para jugar con la selección española y se lesiona de nuevo.

Imaginemos que pasa revisión médica con el famoso doctor Van Dijk y aunque éste afirme que le vendría bien el reposo, no es tajante afirmando que no puede jugar.

Imaginemos que Del Bosque le convoca para la repesca y su club, alegando lesión, se niega a la convocatoria a la que la Federación Española tendría derecho legal y por lo tanto a que fuera reconocido por médicos españoles. Imaginemos que su club llegara a amenazar a la Federación Española con la denuncia ante la FIFA –aunque no sé con qué base, dado que es precisamente la normativa de la FIFA la que ampara la convocatoria-. Imaginemos que el jugador deja entrever su deseo de jugar (por ejemplo, declarado que “no se imagina un Mundial sin España”). Imaginemos que en las últimas horas crecieran en España los rumores sobre que ha vuelto a correr…

Me pregunto si los aficionados tendrían entonces una opinión diferente a la mayoritaria que tienen ahora sobre el nuevo ‘caso’ Cristiano Ronaldo. Yo me figuro que sí. Ya dijo don Santiago Bernabéu que precisamente una de las bases del fútbol era la posibilidad que tenían las personas de defender lo indefendible, ver blanco lo que es negro si conviene a sus colores y cambiar de opinión radicalmente en pocas horas si conviene a los propios intereses. Así que…